Este domingo, Rusia y Ucrania se culparon mutuamente de violar el alto el fuego de Pascua anunciado por el presidente ruso, Vladímir Putin. Ambas partes informaron sobre múltiples ataques y acusaciones cruzadas, lo que pone en duda la efectividad de la tregua.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció que las fuerzas rusas llevaron a cabo 59 bombardeos y cinco intentos de asalto durante la tregua, además del uso de drones de ataque. Zelenski calificó la tregua como una maniobra propagandística y expresó su disposición a prolongarla si Rusia cesa completamente las hostilidades.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso afirmó haber respetado la tregua y acusó a Ucrania de realizar más de mil ataques, incluyendo el uso de drones y artillería que causaron víctimas civiles y daños a infraestructuras.
A pesar de las tensiones, ambas naciones llevaron a cabo un intercambio de prisioneros, liberando a 243 soldados de cada lado, incluidos heridos.
Mientras tanto, Estados Unidos ha advertido que podría retirarse de los esfuerzos de paz si no se logra un progreso tangible. El presidente Donald Trump ha propuesto una tregua de 30 días, aceptada por Ucrania, pero que podría fracasar si las hostilidades continúan.
La comunidad internacional, incluyendo la Unión Europea y las Naciones Unidas, ha reiterado su apoyo a una resolución pacífica que respete la soberanía de Ucrania. Sin embargo, la falta de cumplimiento de la tregua de Pascua resalta la dificultad de alcanzar una paz duradera en la región.