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jueves, noviembre 21, 2024

Rinden un merecido homenaje al jurista Moisés Romero Beristain

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En Puebla es considerado un coloso en la arena jurídica. Su trayectoria es tal, que la tarde de este martes, recibió el codiciado reconocimiento “José María Lafragua Ibarra”, por 65 años de carrera en el laberinto legal, un galardón que fue entregado en manos de los principales representantes del Poder Judicial en Puebla: Belinda Aguilar y José Eduardo Hernández, presidentes del Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura, respectivamente.

Fue una tarde de ensueño en la que un centenar de profesionales del derecho se reunieron en la Escuela Estatal de Formación Judicial para festejar la larga trayectoria del jurista Moisés Romero Beristain, reconocido por forjar a varias generaciones con orgullo y arduo trabajo. 

En este salón se encontraba Roberto Díaz Sáenz, un abogado de renombre, quien tomó el micrófono para brindar un torbellino de elogios a Romero Beristain, una persona a la que definió como un maestro que trascendió las definiciones convencionales. “La palabra ‘maestro’ se queda corta”, confesó, tras revelar las múltiples dimensiones de este titán del conocimiento. 

“El maestro ha tenido una vida significativa que refleja en cada uno de sus alumnos, en cada colega, en cada amigo, que lleva impregnada la esencia de un personaje que abriga la labor docente como un estandarte de progreso, de forjar generaciones de profesionales que cumplan con la misión del derecho y que obliga al cumplimiento de premisas advertidas en los conocidos mandamientos del abogado”, expresó. 

El reconocimiento que le hizo frente a decenas de personas no se limitó a las aulas, pues externó emocionado: “Algunas personas cambian a la sociedad y él lo hizo con creatividad, innovación y genialidad, además de reconocer que como maestro formó a generaciones de abogados que comprendieron la trascendencia de la labor del profesional del derecho”. 

Juan Pablo Salazar, subdirector de la Escuela Estatal de Formación Judicial, también tomó la antorcha de la narrativa y recordó que el sitio donde estaban parados este martes, albergaba las memorias de juristas legendarios. 

Entre esas paredes, expresó, dejó huella José María Lafragua, quien al igual que Moisés Romero Beristain, fue un hombre de literatura, de alumnos y de generaciones, de quien su reconocimiento tuvo un peso importante en la historia de las leyes. 

“Por estas aulas, donde estamos conviviendo con el doctor Moisés Romero, también estudió Ignacio Comonfort, quien luego se convertiría en presidente de la República Mexicana”, añadió. 

El relato alcanzó su cima con las palabras de Luis Alejandro Romero, nieto de Moisés Romero: “Gracias por 65 años de enseñanzas”, dijo, a la par que, desde la familia, agradeció a la comunidad jurídica por las buenas referencias sobre el ilustre maestro que la tarde de ayer recibió la presea. 

 

TRAVESÍA DE UN JURISTA EMBLEMÁTICO

En una tarde lluviosa del 28 de julio de 1933, nació en la ciudad de Puebla un hombre destinado a tejer una trama extraordinaria en el derecho. Su viaje académico comenzó en el extinto Colegio Howard, una casona emblemática frente al Paseo Bravo, para después continuar en el Instituto Mexicano Madero, donde en un inicio tenía intención de estudiar medicina. 

Frente a la placa del obispo y teólogo, José Mariano Beristain y Souza, Romero se sintió llamado por el derecho. Fue entonces que ingresó a la carrera de leyes en la Universidad Autónoma de Puebla, obteniendo su título profesional como abogado, notario y actuario. 

Como miembro activo de la Asociación de Abogados de Puebla, desde sus inicios, se destacó como secretario de la mesa directiva presidida por el Maestro Notario Público José Azomoza. Sus ansias de conocimiento lo llevaron a la Universidad Autónoma de Tlaxcala, donde alcanzó el grado de Maestro en Derecho en diversas disciplinas con mención honorífica. 

La cúspide académica llegó con su tesis doctoral titulada El Proceso Jurisdiccional de la Quiebra Frente a Otras Materias del Derecho, defendida en la Universidad Nacional Autónoma de México, obteniendo unánimemente el grado de Doctor en Derecho con mención honorífica. 

En el ámbito laboral, su trayectoria empezó como pasante en el bufete jurídico del licenciado Carlos J. Arruti, donde destacó como litigante y eventualmente se convirtió en director general. También fundó la firma Abogados RBC, enfocándose en áreas como Derecho Constitucional, Administrativo, Amparo, Civil, Mercantil y Concursal.

 

A nivel internacional, Moisés Romero se desempeñó como perito en derecho para el First National Bank of Texas y como abogado consultor en bufetes jurídicos en Bruselas y San Antonio, Texas. En la Ciudad de México, colabora en despachos especializados en quiebras y suspensión de pagos. 

En el ámbito público, su desempeño lo llevó a ser elegido como Magistrado del primer Tribunal Electoral del Estado de Puebla y consejero de la Comisión de Derechos Humanos (CDH). 

Su contribución al ámbito educativo es sobresaliente, al haber sido reconocido por su labor en instituciones estatales, nacionales e internacionales. Sus enseñanzas en la Escuela Libre de Derecho de Puebla y la Universidad de las Américas Puebla, así como su papel como profesor invitado en diversas instituciones, lo alzó como un referente en el estado. 

En su filosofía de vida, tres pilares se erigen como fundamentales: la familia, la docencia, inspirada por Aristóteles, y el Derecho, donde como abogado ha buscado defender toda situación jurídica con los principios de legalidad, igualdad y equidad.  

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