Después de presenciar el fastuoso desfile militar en Pekín, el presidente ruso Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un compartieron una limusina oficial Aurus Senat blindada para trasladarse al encuentro en la Casa de Huéspedes de Estado de Diaoyutai. El vehículo presidencial fue captado en video por el Kremlin y difundido oficialmente.
El desfile militar, organizado con motivo del 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, contó con la presencia de Xi Jinping y la exhibición de armamento avanzado como misiles hipersónicos, drones acuáticos y el intercontinental DF-61, mientras se proyectaba un nuevo orden global alejado del dominio occidental.
Tras la ceremonia, Putin y Kim sostuvieron un encuentro bilateral en la residencia de invitados del gobierno chino. En dicha reunión, Putin agradeció el respaldo militar de Corea del Norte y extendió una invitación para visitar Moscú, ofrecimiento que fue aceptado con fecha por confirmar.
Este despliegue simboliza una alianza estratégica consolidada entre Rusia, China y Corea del Norte, con el fin de proyectar poder, legitimar el liderazgo alternativo al bloque occidental y coordinar acciones en escenarios conflictivos como el de Ucrania.