A la medianoche del jueves, entraron en vigor los nuevos aranceles en Estados Unidos, definidos por la administración Trump como “recíprocos”, y dirigidos a una lista extensa de socios comerciales clave. La medida fue anunciada por el propio presidente Donald Trump a través de su red social Truth Social, en un mensaje publicado minutos después de la entrada en vigor de las tarifas.
“Es medianoche. Miles de millones de dólares en aranceles están fluyendo a los Estados Unidos de América”, escribió Trump en letras mayúsculas. El mandatario aseguró que los nuevos gravámenes afectarán principalmente a países que, según él, “se han aprovechado de Estados Unidos durante muchos años, riéndose todo el rato”, y que ahora verán cómo esos ingresos “comienzan a fluir hacia Estados Unidos”.
La nueva medida representa una intensificación en la estrategia comercial del mandatario, quien desde su regreso al poder ha adoptado un tono más agresivo en materia de relaciones económicas internacionales. La lista de países afectados incluye tanto aliados tradicionales como Reino Unido, Japón, Corea del Sur y la Unión Europea, como potencias rivales como China. También figuran naciones con las que no se lograron acuerdos, tales como India, Brasil, Venezuela, Suiza, Sudáfrica y Filipinas, entre otros.
Las tarifas, según Trump, tienen como objetivo reducir el “gran déficit” comercial de Estados Unidos, que durante décadas ha sido uno de los argumentos centrales de su discurso económico. Aunque se lograron acuerdos con varias naciones para moderar el impacto, persisten las dudas sobre la estabilidad de estos compromisos y el efecto a largo plazo en la economía global.
En el cierre de su publicación, Trump lanzó una crítica directa al poder judicial estadounidense: “Lo único que podría detener la grandeza de Estados Unidos sería un tribunal de izquierda radical que quiera ver fracasar a nuestro país”, escribió, en clara alusión a las controversias legales que enfrenta su gobierno, desde la política migratoria hasta casos sensibles como el de Jeffrey Epstein.
La entrada en vigor de estos aranceles marca un nuevo capítulo en la política económica y diplomática de la administración Trump, en un contexto global ya tenso y marcado por disputas comerciales de alto nivel. El impacto inmediato en mercados, relaciones bilaterales y precios internacionales aún está por medirse, pero el tono en Washington sugiere que no será el último movimiento de este tipo.