El Congreso de Puebla está a un paso de darle vida a la violencia vicaria, una modalidad de violencia que sufren las mujeres a manos de sus parejas sentimentales o cónyuges, usando como instrumento para ello a las hijas y los hijos.
El proyecto de dictamen que surgió inicialmente de la iniciativa que presentó la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, Aurora Sierra Rodríguez, y a la que posteriormente se sumaron más legisladoras con propuestas modificadoras, fue aprobada en comisiones unidas por unanimidad de votos.
Una iniciativa que surgió del llamado de ayuda de colectivos feministas de mujeres que han sido alejadas de sus hijos hasta por más de 500 días, y de una experiencia personal que la hizo entender la profundidad de la violencia vicaria.
A pesar de ser diputada de oposición, Aurora Sierra reconoció el trabajo al interior del Congreso local para lograr la aprobación de este tipo de iniciativas y la disposición, sensibilidad y respeto que ha mostrado el gobernador Miguel Barbosa Huerta con este tipo de propuestas.
EL ORIGEN DE LA PROPUESTA
En octubre de 2021, el Colectivo de Amorosas Madres Contra la Violencia Vicaria (Cam-Cai) se acercó con Aurora Sierra para pedir el reconocimiento de una de las violencias que sufren las mujeres, pero que es poco o casi nada conocida.
Esa primera petición derivó en un punto de acuerdo presentado en ese mes y aprobado el 7 de julio de este año, para que la Secretaría de Igualdad Sustantiva hiciera diagnósticos en el estado sobre casos de violencia vicaria, para comenzar a conocer esta modalidad de violencia en la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado.
El 25 de noviembre se comenzaron a exponer los casos de violencia vicaria en el Congreso local y a darle voz a las víctimas, hasta que en enero de este año se presentó la primera iniciativa para proponer una definición del término.
“Es una violencia que se ejerce por parte de quienes sean o hayan sido cónyuges o concubinos de las mujeres o por quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones de hecho o similares de afectividad, aun sin convivencia, en donde estos utilizan a los hijos e hijas, a las personas adultas mayores, a las personas con discapacidad o en situación de dependencia o a mascotas, como instrumento para dañar a la mujer.
“Esta violencia puede ir desde amenazas verbales, donde los progenitores refieren que alejarán a las hijas e hijos de las madres, el control, retención de una pensión económica y/o falta de esta; hasta la creación de denuncias falsas y alargamiento de procesos judiciales, con la intención de romper el vínculo materno filial; o a través de la realización de cualquier otra conducta que sea utilizada por el agresor, como instrumento para dañar a la mujer”, fue su planteamiento.
La propuesta fue apoyada por el Frente Nacional por la Familia y más colectivos feministas para robustecerla; sin embargo, unos días después, la diputada Mónica Silva Ruiz presentó una nueva iniciativa que reformaba el Código Penal para sancionar esta violencia.
La ruta jurídica era ir primero por la tipificación para que, con una definición clara del concepto, se trabaje para establecer las sanciones, pero con dos iniciativas presentadas a la par, se trabajó una propuesta completa que se socializó con las diputadas para ir al cabildeo con los legisladores y alcanzar la mayoría del apoyo.
VIOLENCIA VICARIA NO ES UN TEMA CONTRA HOMBRES
Ante la resistencia de la tipificación y sanción de esta modalidad de violencia y las voces que acusan que ahora las mujeres tendrán un arma contra sus parejas, la diputada del PAN enfatizó que no se trata de un tema contra los hombres, pues en el Código Civil ya cuentan con herramientas jurídicas en su favor.
Recordó que ya existe la figura de Alienación Parental, un modo de violencia en el que la mujer no deja ver al hombre a sus hijos y se comporta de manera agresiva.
Aurora Sierra puntualizó que la violencia vicaria cuenta con perspectiva de género en favor de las mujeres, debido a que es ejecutada por el progenitor de los hijos contra la madre, ya sea si tuvieran una relación sentimental, cónyuges o concubinato y que ejemplifica la suma de las demás violencias que puede sufrir una mujer.
“Ya viene arrastrando violencia física, violencia psicológica, violencia económica y han sido muy displicentes los jueces porque cuando un hombre no entrega pensión no le inhiben el derecho de ver a su hijo; sin embargo, si una mujer no cumple con dejarlo ver a sus hijos, porque no le paga alimentos entonces puede ser incluso arrestada, como fue el caso de Luz Arredondo”, expresó la diputada panista.
La legisladora local expresó que este tipo de violencia se comienza a manifestar por el agresor en el momento en el que ya no puede controlar o someter a la mujer mediante los otros tipos de violencia, por lo que recurren a la presión mediante los hijos restringiéndoles la cercanía con ellos y alejándolos.
Una vez que esas violencias ya no surten efecto sobre las víctimas, el progenitor recurre a la presión jurídica, y cuando eso ya no es suficiente alcanzan los extremos del feminicidio.
“Es un control que sigue ejerciendo el padre en contra de la madre y que le impide maternal de manera adecuada. Hay casos donde las madres van contando tristemente los días, que llevan 300 días sin ver a su hijo, llevan 500 días sin ver a su hijo, porque hay muchos casos en los que la violencia vicaria se manifiesta sobre los menores”, refirió.
La expresión máxima que ha visto Aurora Sierra sobre violencia vicaria ha sido el caso de la abogada y activista Cecilia Monzón Pérez, en el que ella mantenía un juicio de pensión alimenticia con el padre de su hijo, el priista Javier López Zavala.
Al ser una mujer que no se dejó someter a la violencia psicológica, económica o física y no poder poner a su hijo en su contra o separarla de él, el político recurrió a la expresión máxima de la violencia: el feminicidio, registrado el 21 de mayo de este año, a manos de dos sicarios en una persecución en Camino Real a Momoxpan, en San Pedro Cholula, delito por el que está detenido ya junto a sus cómplices.
O su propio caso, en el que Aurora denunció al padre de su hijo, Víctor Hugo Islas, por violencia familiar. Cuando ella estuvo a días de asumir su cargo de diputada local, su expareja la denunció por el presunto robo de vehículo, para menoscabar su reputación; sin embargo, ella comprobó que no era robada y logró la aprehensión de su expareja.
Las mujeres también sabemos y podemos unirnos en favor de una causa justa. 💜@msilvaruiz @monica_rdv @NoraMEscamilla @Lauzama1#UnidasSomosMásFuertes#CiudadanicemoselCongreso pic.twitter.com/E6NsgRwTAW
— Aurora Sierra (@AuroraSierraR) July 13, 2022
DEFINICIÓN
Es una violencia que se ejerce por parte de quienes sean o hayan sido cónyuges o concubinos de las mujeres o por de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones de hecho o similares de afectividad, aun sin convivencia, en donde estos utilizan a los hijos e hijas, a las personas adultas mayores, a las personas con discapacidad o en situación de dependencia o a mascotas, como instrumento para dañar a la mujer.
Esta violencia puede ir desde amenazas verbales donde los progenitores refieren que alejarán a las hijas e hijos de las madres, el control, retención de una pensión económica y/o falta de esta; hasta la creación de denuncias falsas y alargamiento de procesos judiciales, con la intención de romper el vínculo materno filial; o a través de la realización de cualquier otra conducta que sea utilizada por el agresor, como instrumento para dañar a la mujer”, fue su planteamiento.