“Que le pongan el nombre que quieran, pero la deuda está ahí: 547 millones de pesos”, fueron las palabras del alcalde de Puebla, José Chedraui Budib, ante el hoyo financiero heredado por Adán Domínguez Sánchez, quien negó rotundamente haber provocado un quebranto financiero en el municipio pese al cúmulo de documentos que respaldan esta afirmación.
Según el alcalde Chedraui, gran parte de los 547 millones de pesos fueron gastados durante los últimos meses de la administración saliente, afectando directamente los recursos disponibles para los primeros meses de su gestión.
“Ya les explicaron puntualmente cuánto quedaron a deber, son 547 millones de pesos los que se quedaron a deber y vamos a ver de qué manera sacamos ese tema adelante. Abusaron, utilizaron recursos, la administración saliente usó recursos de la administración entrante, la nuestra, y por supuesto que se abusó de ese presupuesto”, refutó.
Chedraui reconoció que existe un periodo en el que Adán Domínguez y su equipo podrán solventar las observaciones detectadas por el gobierno municipal; sin embargo, precisó que es un tema de matemáticas básicas, donde los recursos públicos no fueron utilizados de manera debida, dejando a la gestión sin dinero para operar.
A la par, dejó abierta la posibilidad de emprender acciones legales en caso de que las investigaciones en curso lo justifiquen y mientras tanto, se evalúan las responsabilidades administrativas y legales correspondientes.
El señalamiento surge después de que el equipo de transición de la gestión panista, liderada por Eduardo Rivera y Adán Domínguez, en un intento por desviar la atención y minimizar el impacto del hoyo financiero, buscaron salir al paso al justificar que “es normal” dejar deudas al gobierno entrante, aun cuando no se destinaron recursos para cubrir estos compromisos.
En un comunicado firmado por la Comisión de Transición, el exedil Adán Domínguez negó -pese a los múltiples documentos financieros que evidencian el derroche-, cualquier irregularidad en el ejercicio financiero de su gestión, y pidió esperar el cierre de año para revisar los últimos detalles de las finanzas.
“Es normal que al concluir una gestión, ya sea municipal, estatal o federal, queden pagos pendientes por cubrir. En este caso fue por las dinámicas de cierre de administración, tal como sucede en todos los gobiernos, pues la ley es muy puntual: no se pueden hacer pagos al 100 por ciento con procesos administrativos en curso”, justificó Domínguez.
Sin embargo, las cifras y los hechos presentados por el equipo del actual alcalde, José Chedraui Budib, pintan un panorama mucho más complicado, pues de acuerdo con la información, hay un déficit bancario de 333.9 millones de pesos, derivado de pagos comprometidos sin contar con los recursos necesarios para respaldarlos, así como 116.9 millones de pesos relacionados con proyectos de obra pública que, aunque debían ser atendidos por la administración actual, fueron gestionados previamente por el gobierno panista indebidamente.
Además, se identificaron presiones presupuestarias que ascienden a 96.2 millones de pesos, recursos que debieron ser contemplados en el presupuesto anterior para atender áreas prioritarias, pero que ahora representan una carga financiera extra para el municipio.