Una ONG local de derechos humanos en Haití reportó que la semana pasada más de 50 personas fueron asesinadas en una serie de ataques perpetrados por pandillas. Los hechos ocurrieron en contextos de crisis política profunda, agravada desde 2024 cuando los grupos armados forzaron la renuncia del primer ministro Ariel Henry.
Las pandillas criminales, en particular la coalición Viv Ansanm (Vivir juntos), ahora controlan aproximadamente el 90 % de Puerto Príncipe, según estimaciones de Naciones Unidas. En la ciudad de Laboderie, al norte de la capital, Viv Ansanm ejecutó una masacre extremadamente cruel contra población civil, incendió decenas de casas y dejó víctimas sin recuperar cuyos cuerpos quedaron en matorrales, devorados por perros, apunta el informe de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH).
Sobrevivientes huyeron mar adentro en canoas o buscaron refugio en localidades vecinas. Las pandillas alegan que los habitantes de Laboderie actuaban como “informantes de la policía”.
El Consejo Presidencial de Transición, que asumió el gobierno tras la renuncia de Henry en abril de 2024, expresó “profunda indignación” por los actos bárbaros. También el secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el ataque y pidió a la comunidad internacional reforzar la Misión Multinacional de Seguridad (MMAS). Esta misión, liderada por Kenia, apoya la debilitada policía de Haití, pero enfrenta retos de equipamiento y financiamiento insuficientes.
