A dos años de la elección presidencial y la contienda por la gubernatura de Puebla, diferentes actores y grupos políticos han comenzado a mover sus piezas para posicionarse como serios aspirantes a ocupar la silla de Casa Aguayo que dejará el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta en 2024.
Morena, al ser el partido en el poder, tiene el abanico más grande de contendientes que se pelearán dentro de las filas obradoristas, el derecho a ser el candidato a la sucesión del Poder Ejecutivo Estatal.
Mientras que del lado de la oposición, a nivel local se enfrentan a un escenario en el que deben buscar perfiles más competitivos, pues el aspirante más fuerte debe pasar por un año y medio de gobierno al frente del municipio de Puebla, que lo puede desgastar con rumbo a la elección local.
En el partido obradorista la batalla será entre dos grupos principales. De un lado, el afín al gobernador Barbosa Huerta que buscará la transición de su proyecto estatal, y el opositor al mandatario poblano liderado por el coordinador de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, quien mantiene una batalla jurídica y legal por la serie de escándalos que han surgido en su entorno y por los aliados que se ha hecho para enfrentar al mandatario.
En el bando barbosista, los aliados del mandatario poblano reencuentran perfiles que han sido cercanos al gobernador desde su primera campaña hacia la gubernatura como Gabriel Biestro Medinilla, quien apoyó a Barbosa Huerta desde su candidatura hasta su segunda contienda extraordinaria, o Melitón Lozano Pérez, uno de los primeros miembros de su gabinete desde 2019.
En este grupo político también se ubican perfiles recientes como Héctor Sánchez Sánchez, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, y Sergio Salomón Céspedes Peregrina, presidente del Congreso del Estado, quien han transitado durante la administración estatal pese a no pertenecer al movimiento obradorista desde su inicio.
En el otro lado de Morena, la ofensiva la encabeza Ignacio Mier Velazco, investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) por lavado de dinero y evasión fiscal de 427 millones de pesos, aliado con la exalcaldesa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, quien tiene pendiente la revisión de sus cuentas públicas del 2020 y 2021.
Otros perfiles que corren por su propia vía son el senador Alejandro Armenta Mier; la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores González, e incluso Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Del otro bando, en la alianza conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) siguen analizando la continuidad de su proyecto, que a nivel nacional podría depender del resultado de la elección por la gubernatura del Estado de México.
En Puebla, entre los tres partidos, los dirigentes de cada fuerza política ven en el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, al perfil más competitivo para ir por la gubernatura poblana, pero diputados locales y federales de la alianza mantienen sus esperanzas y proyectos para poder encabezar la candidatura.
Pero, de mantener viva la coalición Va por México en Puebla, el edil poblano deberá librar la negociación con los partidos políticos y los perfiles panistas y priistas que tienen sus proyectos, como las diputadas federales Genoveva Huerta Villegas y Blanca Alcalá Ruiz, o el coordinador priista en el Congreso local, Jorge Estefan Chidiac.