La comunidad internacional reaccionó de forma inmediata a los bombardeos realizados por Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán, generando una nueva ola de tensión diplomática a nivel global.
Rusia y China, dos actores clave en el escenario internacional, rechazaron categóricamente los ataques. A través de comunicados oficiales, ambos gobiernos señalaron que la operación estadounidense representa una violación al derecho internacional y un peligroso precedente en el equilibrio de fuerzas en Medio Oriente.
En contraste, líderes de la Unión Europea mantuvieron una postura más diplomática. Si bien manifestaron su preocupación por la escalada militar, exhortaron al gobierno iraní a volver a la mesa de negociaciones para discutir un nuevo acuerdo nuclear. La intención de Bruselas es reencauzar el diálogo internacional que se había desintegrado tras la salida de Estados Unidos del acuerdo de 2015.
Desde el Vaticano, el papa León XIV hizo un llamado a la paz y condenó la violencia. En su mensaje dominical, el pontífice enfatizó que ninguna victoria militar justifica el sufrimiento humano y advirtió que “la humanidad clama por la paz”. Subrayó que es momento de apostar por la diplomacia, el entendimiento y la responsabilidad moral de todos los actores involucrados para evitar que el conflicto escale.
Las distintas posturas reflejan la división geopolítica en torno al conflicto, así como la urgencia de soluciones diplomáticas que impidan un mayor deterioro de la seguridad global.
