En su primera aparición pública desde que dejó la Casa Blanca, el expresidente Joe Biden alzó la voz contra las medidas implementadas por el actual gobierno de Donald Trump, especialmente en materia de Seguridad Social.
Durante una conferencia en Chicago organizada por la Asociación Nacional de Defensores de la Discapacidad, Biden centró su discurso en lo que calificó como un “desmantelamiento sistemático” de los programas de asistencia social.
Según el exmandatario demócrata, desde el inicio del nuevo mandato de Trump en enero, más de 7 mil empleados de la Administración del Seguro Social han sido despedidos, mientras que múltiples oficinas regionales fueron cerradas. Biden criticó además el traspaso de la SSA al control del Departamento de Gobierno Electrónico (DOGE), actualmente dirigido por Elon Musk, señalando que esta acción ha generado un colapso en la atención a millones de beneficiarios.
“El Seguro Social es una promesa sagrada. No puede ser manejado como una startup tecnológica”, advirtió Biden ante una audiencia de líderes sociales, representantes estatales y beneficiarios del programa.
La crítica también alcanzó a otras áreas del nuevo gobierno. Biden recordó que los recortes incluyen una disminución significativa de fondos para servicios de salud mental, discapacidad y vivienda subsidiada, lo cual afectaría especialmente a adultos mayores, personas con discapacidades y comunidades vulnerables.
La Casa Blanca respondió poco después del discurso de Biden, calificando sus declaraciones como “engañosas”. En un comunicado, defendió las acciones tomadas, alegando que los recortes buscan eliminar gastos innecesarios y errores administrativos.
La SSA, ahora bajo el control de DOGE, aseguró que su meta es “modernizar” el sistema, digitalizar todos los trámites para 2027 y reducir el fraude. Además, reveló que durante la administración Biden, se habrían entregado más de 2 millones de números de seguridad social a inmigrantes sin documentos —acusación que Biden no abordó directamente.
Analistas políticos interpretan esta intervención como un posible preludio de un regreso más activo de Joe Biden al ámbito público o incluso partidista, en medio de crecientes tensiones sociales por los cambios en programas sociales y de salud.
La reaparición del expresidente ocurre en un contexto electoral complicado, donde diversos sectores se han mostrado preocupados por las reformas del segundo gobierno de Trump, particularmente en temas de derechos laborales, atención médica y seguridad social.