Los ataques aéreos de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares iraníes no destruyeron los componentes clave del programa atómico del país, de acuerdo con un análisis preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), revelado por cuatro fuentes con conocimiento directo del tema.
La evaluación, aún en curso, contradice las declaraciones del presidente Donald Trump y del secretario de Defensa Pete Hegseth, quienes han sostenido públicamente que los ataques del fin de semana “aniquilaron” las capacidades nucleares iraníes.
Según la información disponible, las reservas de uranio enriquecido y las centrifugadoras de Irán permanecen prácticamente intactas. El análisis indica que los bombardeos, incluidos más de una docena de bombas antibúnker de 13.600 kilos lanzadas por bombarderos B-2, solo retrasarían el programa nuclear iraní por unos meses.
Las instalaciones atacadas —Fordow, Natanz e Isfahán— sufrieron daños severos en su infraestructura superficial, pero no fueron destruidos los sistemas subterráneos más sensibles, como los que albergan el material y los equipos de enriquecimiento.
La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, rechazó la validez del informe y acusó a los medios de buscar desprestigiar al presidente. “Esta evaluación es errónea, clasificada como secreta, y fue filtrada por un miembro anónimo de bajo nivel”, afirmó. “Lanzamos 14 bombas de 13.600 kilos: eso equivale a una aniquilación total”.
El Pentágono, por su parte, mantiene que la misión fue un “éxito rotundo” y que el impacto completo aún está siendo evaluado. El jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, fue más cauteloso al señalar que es demasiado pronto para determinar el alcance total del daño o si Irán aún conserva capacidad nuclear.
Irán ha trabajado en su infraestructura nuclear desde los años 60, en parte de manera encubierta. El país insiste en que su programa tiene fines pacíficos. Sin embargo, tanto Israel como EE.UU. han considerado ciertas instalaciones como amenazas potenciales y han actuado militarmente en su contra.
En esta ocasión, Israel solicitó las bombas antibúnker necesarias para penetrar las instalaciones más protegidas, pero los resultados fueron limitados a estructuras externas, según fuentes del análisis.
En medio de la controversia, la administración Trump pospuso las sesiones informativas clasificadas para los miembros del Congreso, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Las razones no fueron aclaradas, y no se ha anunciado una nueva fecha oficial para dichas reuniones.
El congresista demócrata Pat Ryan criticó la decisión en su cuenta de X, sugiriendo que se busca evitar el escrutinio ante la falta de evidencia sobre el supuesto éxito de los ataques.
“Trump afirma haber destruido ‘todas las capacidades nucleares’, pero su equipo sabe que no puede respaldar sus bravuconadas”, señaló Ryan.
