Staff HL
¿Cómo reunir diferentes microorganismos en un medio de cultivo para que coexistan y crezcan, sin que uno domine al resto? Este fue el desafío del doctor Antonino Báez Rogelio, investigador del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), encargado de la producción industrial de Inocrep, un inoculante multiespecies de segunda generación que combina seis cepas bacterianas catalogadas como benéficas para incrementar la producción agrícola, resarcir el daño a los suelos y disminuir el uso de fertilizantes en 50 por ciento.
Los microorganismos de este inoculante —único a nivel mundial con registro de patente— son capaces de adherirse de forma natural a las semillas, colonizan en números elevados, pueden eliminar patógenos y respetan al consorcio y a las benéficas que están en la naturaleza.
Los colegas del doctor Báez Rogelio, los doctores Jesús Muñoz Rojas y Yolanda Elizabeth Morales García, desarrollaron una formulación compleja con seis cepas bacterianas catalogadas como benéficas, las cuales coexisten entre ellas sin inhibirse.
A nivel experimental, cultivaron estas bacterias por separado en Caja de Petri, las recuperaron y después mezclaron para hacer sinergia. Para hacer el escalamiento del proceso a nivel industrial se necesitarían seis biorreactores —uno por cada bacteria—, lo cual elevaría considerablemente el costo, ya que cada uno cuesta más de un millón de pesos.
Para resolver este problema, se buscó combinar tres microorganismos en cada biorreactor. “Tuve que informarme e investigar el metabolismo de cada una de las cepas bacterianas, en qué tiempo debía introducirlas —inocularlas— al tanque y qué tipo de nutrientes colocar”, detalló Antonino Báez Rogelio, investigador del Centro de Agroecología del ICUAP.
Este proceso duró de dos a tres años, con resultados favorables. “Al final encontré cuáles podían coexistir y crecer, puedo correr de forma paralela los dos biorreactores y de dos a tres días obtener el producto”.
Así, se logró tener un proceso masivo de Inocrep, con 20 mil dosis por mes, para 20 mil hectáreas, explicó Báez Rogelio, responsable del Laboratorio de Producción de Biológicos.