En su primer día como el presidente número 47 de Estados Unidos, Donald John Trump cumplió con su promesa de colocar a la migración y los cárteles del narcotráfico en el centro de su política de gobierno, cuya finalidad -dijo- es “la completa restauración de Estados Unidos y la revolución del sentido común”.
A unas horas de rendir protesta, arropado por la plana mayor y de los multimillonarios del país más poderoso del planeta, el magnate firmó más de una centena de acciones ejecutivas, entre las que se encuentran la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur de ese país, para que el Ejército sea el responsable de combatir la migración, a la que calificó como “una desastrosa invasión”.
Esta medida irá acompañada con la reinstauración de la política “Permanecer en México”, lo que significa la suspensión de “atrapar y soltar” a quienes crucen la frontera sin permiso.
“Hoy firmaré una serie de órdenes ejecutivas históricas. Declararé una emergencia nacional en nuestra frontera sur. Todas las entradas ilegales serán detenidas inmediatamente, y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de indocumentados ilegales”, afirmó Trump apenas juró como presidente.
Dicha política fue implementada en su primera gestión en la Casa Blanca y su aplicación corrió a cargo del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, quien permitió -sin declararlo oficialmente- que las fuerzas del orden mexicanas se encargaran de la persecución y detención de las oleadas migratorias dentro del país.
Respecto al narcotráfico, Donald Trump desempolvó una norma de 1798, la Ley de Enemigos Extranjeros, para designar a los cárteles como “organizaciones terroristas extranjeras” e instruir el uso de “todo el inmenso poder de las leyes federales y estatales para eliminar la presencia de todas las redes de pandillas criminales extranjeras, que traen un crimen devastador a suelo estadounidense, incluidas nuestras ciudades y áreas urbanas”. Ambas iniciativas, abundó, tienen como eje cumplir con su “responsabilidad” de defender a Estados Unidos “de amenazas e invasiones.
“Terminaré la práctica, de detener y liberar. Enviaré tropas a la frontera del sur para repeler la desastrosa invasión de nuestro país, bajo las órdenes que firme el día de hoy, también designaremos a los carteles como organizaciones extranjeras terroristas”, expresó.
TRUMP INSISTE CON RENOMBRAR EL GOLFO DE MÉXICO
Entre el conjunto de decretos anunciados por Donald Trump, uno de los puntos más polémicos y simbólicos es la propuesta de renombrar el Golfo de México como el “Golfo de América”, un movimiento que generó reacciones inmediatas en los medios y círculos diplomáticos cuando fue anunciado por primera vez.
“Dentro de poco, cambiaremos el nombre del Golfo de México al Golfo de América. Y restauraremos el nombre de un gran presidente, William McKinley, a la montaña McKinley, donde debería estar y donde pertenece”, indicó.
Aunque Trump no estableció un plazo específico para implementar el cambio, el proceso dependería de la normativa internacional y del consenso con otros países involucrados.
Este anuncio, cargado de simbolismo nacionalista, refleja el tono de su nueva administración y su enfoque en reivindicar la identidad histórica de Estados Unidos, incluso en aspectos geográficos, donde también incluyó la posibilidad de tomar el canal de Panamá: “Estados Unidos retomará su lugar legítimo como la nación más grande, más poderosa y más respetada en la Tierra, inspirando la admiración y el asombro del mundo entero”.
ARANCELES CONTRA MÉXICO SERÍAN DEL 25% EN FEBRERO
Aunque la imposición de aranceles no formó parte de sus primeras órdenes ejecutivas, Trump reiteró desde la Oficina Oval su compromiso de aplicar un arancel del 25 por ciento.
El mandatario republicano señaló que probablemente esta medida entre en vigor el 1 de febrero, con el pretexto de que tanto México como Canadá están permitiendo el paso de un número significativo de personas a través de sus fronteras.
MÉXICO RESPONDE CON CAUTELA
Tras las primeras declaraciones de Trump como presidente, el gobierno de México ha optado por responder con cautela y prudencia, aunque se espera que sea este martes cuando la presidenta Claudia Sheinbaum de una respuesta oficial.
Horas después de la ceremonia de toma de protesta de Trump, una delegación clave del gabinete de Sheinbaum se reunió en Palacio Nacional para evaluar las implicaciones de las medidas anunciadas.
Entre los asistentes destacaron Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores; Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación; y Ricardo Trevilla, secretario de la Defensa Nacional.
También participaron los titulares del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño Yáñez y su sucesor, el exgobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina. Así como responsables de áreas clave como Bienestar, Desarrollo Agrario y Trabajo. Aunque la reunión se extendió por más de dos horas, los funcionarios salieron sin emitir declaraciones, dejando entrever un análisis profundo antes de definir acciones concretas.
Más tarde, Sheinbaum felicitó a Trump en su cuenta oficial de X, destacando el compromiso de México con el diálogo y la cooperación. “A nombre del Gobierno de México felicito a Donald Trump @POTUS por su toma de posesión como presidente número 47 de los Estados Unidos de América. Como vecinos y socios comerciales, el diálogo, el respeto y la cooperación siempre serán el símbolo de nuestra relación”, escribió.
La presidenta reafirmó la disposición de su administración para mantener una relación constructiva y enfrentar los retos que se anticipan con la nueva administración estadounidense.
