Israel y el movimiento islamista palestino Hamás se acusaron mutuamente este sábado 12 de julio de dificultar las negociaciones indirectas para un alto el fuego en la Franja de Gaza. Según la Defensa Civil del territorio, al menos 38 palestinos murieron durante las últimas 24 horas por ataques del ejército israelí.
Las delegaciones de ambas partes reanudaron el diálogo en Doha el pasado domingo, en conversaciones mediadas por Estados Unidos, Egipto y Catar. El objetivo es alcanzar una tregua en el conflicto desatado tras el ataque de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre de 2023. En ese contexto, tanto Israel como Hamás han señalado que un eventual acuerdo incluiría la liberación de diez rehenes secuestrados durante dicho ataque.
Sin embargo, una fuente palestina citada por AFP advirtió que las conversaciones enfrentan “obstáculos y dificultades complejas”, debido a la negativa de Israel a retirarse del territorio. Según la misma fuente, Tel Aviv insiste en conservar el control militar de más del 40 % de la Franja de Gaza, un enclave donde más de dos millones de personas viven bajo las secuelas de casi 21 meses de guerra.
Un alto funcionario israelí respondió más tarde acusando a Hamás de no ceder en las negociaciones, y de ejecutar una “guerra psicológica” para minar el proceso de paz. Aun así, ambas partes reconocieron avances en temas como la ayuda humanitaria y el posible canje de prisioneros palestinos por rehenes.
La situación humanitaria en Gaza sigue empeorando. Siete agencias de la ONU alertaron el sábado que la falta de combustible alcanzó “niveles críticos”, lo que podría representar “una carga insoportable para una población al borde de la inanición”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró en días recientes que el objetivo de la ofensiva es liberar a los rehenes, desmantelar las capacidades de Hamás y expulsar al movimiento islamista del control gubernamental del territorio. Netanyahu ha manifestado públicamente su intención de tomar el control total de Gaza.
Por su parte, Hamás exige la retirada completa de las tropas israelíes de todas las zonas ocupadas desde el 2 de marzo de 2025. Una fuente palestina aseguró a AFP que Israel estaría obstaculizando el acuerdo para continuar su “política de guerra de exterminio”.
Mientras tanto, la ofensiva militar israelí continúa en el terreno. La Defensa Civil de Gaza informó que, entre los fallecidos del sábado, se encuentra una familia completa —padre, madre e hijo—, víctimas de un bombardeo nocturno sobre una carpa en el campo de desplazados de Deir al Balah, en el centro de Gaza.
El ejército israelí declaró haber atacado “más de 35 objetivos terroristas”, incluyendo un túnel de Hamás en las afueras de Beit Hanún. En total, anunció la destrucción de unos 250 objetivos en 48 horas.
Dado el acceso restringido a la prensa en Gaza, AFP indicó que no puede verificar de forma independiente los datos provistos por las partes involucradas.
El ataque de Hamás del 7 de octubre dejó 1,219 israelíes muertos, en su mayoría civiles, según un conteo de AFP basado en cifras oficiales. En respuesta, las operaciones del ejército israelí en Gaza han provocado la muerte de al menos 57,882 palestinos, también en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud de Hamás, considerados fiables por la ONU.