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sábado, noviembre 23, 2024

Guillo Pacheco, el oscuro patrocinador de “Tony Soprano” y la conexión Manzanilla-Mier

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|Álvaro Ramírez e Ignacio Juárez

 

Autoexiliado en Estados Unidos por problemas que incluso le han generado riesgos personales en México, y también repudiado en el afecto de la familia por sus tantos abusos con el apellido y los nexos políticos y económicos de la estirpe, Guillermo Pacheco Tabe mantiene ligas oscuras con el clan de Fernando Luis Manzanilla Prieto y, en una trama de traiciones y corrupción, emerge como el principal patrocinador de Adán Morales, quien en redes sociales e Internet se hace llamar Tony Soprano.

Guillo, apodo con el que es conocido, es, junto con el secretario de Gobernación, Fernando Luis Manzanilla Prieto, la cabeza de una red de ataques, difusión de información falsa, siembra de intrigas, que tiene como principal objetivo la actual administración estatal.

La ruta del engaño y la simulación, que termina con las publicaciones de Morales en redes y/o en el portal Moviendo Ideas, comienza con motivaciones personales del exsecretario de Gobernación, pasa por la obtención y, luego, falsificación de datos de su golpeador, Francisco Ramos Montaño -exyerno de Rosario Robles- y la pinza la cierra Pacheco Tabe, quien fue expulsado de cualquier relación con el gobierno del estado, en donde hacía sus negocios. Ese es su malestar.

A El Guillo, además de su natural complicidad, Manzanilla y Ramos lo mantienen presionado con información acerca de él, que configuraría delitos, en caso de entregarse a las autoridades, confió una fuente.

Quien menos gana es Morales, exoperador electoral priista, panadero y chofer, antes de dedicarse a las redes sociales, a quien con sumas menores mantienen a su servicio.

Guillo Pacheco es -o era- el mecenas más directo y original de Morales, quien con conciencia de que lo hace, siembra datos falsos a conveniencia de ese grupo, pero que recientemente ha puesto a disposición del mejor postor la información de sus otrora socios, en la tarea de golpear al gobierno del estado.

En esta trama aparece también el diputado Ignacio Mier Velazco, quien se convirtió -por órdenes de Manzanilla- en uno de los defendidos de Adán Morales. Todo el séquito está puesto para intentar posicionar al legislador como aspirante a la gubernatura, pero hasta el momento no han tenido ningún éxito.

 

LA MANO DE GUILLO

Durante el gobierno interino, Guillermo Pacheco Tabe nunca tuvo un puesto formal en la administración pública, pero era común verlo en las dependencias del gobierno, en las áreas de adjudicaciones y compras, con la altanería que le daba ser nieto del gobernador interno, Guillermo Pacheco Pulido.

Un caso especial fue la colocación del padre de su socio y compañero de francachelas, Yahir Ontañón, al frente del Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (CAPCEE). Se trata de José Luis Ontañón León, quien luego debió conseguir un amparo para librar la cárcel, en la que estuvo unas horas, por un cúmulo de anomalías.

Todas las obras que hizo el CAPCEE en el interinato, detalló una fuente, debían pasar por el aval de El Guillo y ese trío “llegó a pedir hasta 30 por ciento como mochada”.

A finales de agosto de 2019, cuando llegó la actual administración, José Luis Ontañón fue señalado por sobrecostos en obras, por más de 30 millones de pesos. El exfuncionario ya antes había sido señalado, desde la administración de Manuel Bartlett Díaz, por varias irregularidades.

Yahir y Guillermo Pacheco Tabe ya antes habían tenido “mucho éxito” con empresas proveedoras del gobierno, principalmente en la Secretaría de Salud, en el morenovallismo.

A ESPALDAS DEL ABUELO

De inmediato su abuelo rindió protesta, el 21 de enero de 2019, Guillo se erigió como la mano definitoria de las empresas que “tenían que ser favorecidas” con contratos.

A espaldas de su abuelo, el nieto cruzó arreglos en los que “se llevó tajadas” de varias operaciones, entre el entonces gobierno interino y varios particulares, aseguran testimonios que podrían ser parte de una indagatoria ministerial.

En todas ella, por supuesto, hubo muchos más participantes.

La injerencia de Guillo en el gobierno interino lo llevó a afianzar una sólida relación con el entonces secretario de Gobernación, el otrora morenovallista Fernando Luis Manzanilla Prieto, quien estableció con él vínculos de complicidad y tratos económicos, en lo que apareció su siempre adyacente mensajero y golpeador de adversarios, Francisco Ramos Montaño, un antiguo colaborador de Mario Plutarco Marín Torres y amigo de parrandas de sus hijos, en aquella época de conscupiscencia y excesos.

Ramos Montaño fue la punta de lanza de la “pandilla” que fue bautizada como los cachorros del marinismo y, sin mayor mérito, por la cercanía con el junior Mario Marín García, alcanzó en 2009 una diputación federal, luego de haber sido, sin pena ni gloria y con muchos señalamientos de corrupción, el titular de Instituto Poblano de la Juventud.

En la trama actual y en la cercanía y relaciones con Morales, alias Tony Soprano, aparece también el extitular del Sistema Estatal de Noticias (SET) y operador de redes del clan, Pedro Gómez, quien hace unas semanas compareció ante la Fiscalía General del Estado (FGE), para establecer su presunta participación en la difusión de mensajes falsos sobre inseguridad, que pretendía sembrar miedo en la población.

 

SANTO INFIERNO

Guillo aparece también como propietario de la firma mezcalera Santo Infierno, creada en enero de 2014, cuando el morenovallismo vivía su esplendor.

La marca, aseguran testigos, también creció bajo la sombra de la protección de funcionarios del gobierno y a través de abusos contra los productores de maguey mezcalero de Puebla, a quienes se les pagaron precios irrisorios por sus cultivos.

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