El caso del feminicidio de Cecilia Monzón, abogada y activista reconocida por su defensa de las mujeres, dio un nuevo giro este viernes 6 de diciembre, luego de que los juzgados de Cholula, tras una audiencia que se extendió por varias horas, resolvió que Javier López Zavala, excandidato a la gubernatura de Puebla, y su sobrino Jair N., señalado como autor material del crimen, permanecerán en prisión preventiva por al menos nueve meses más.
Con esta decisión, ambos continuarán en prisión hasta septiembre de 2025, mientras se desahogan las fases pendientes del proceso penal por el feminicidio de la activista.
De acuerdo con Helena Monzón, hermana de la víctima, la resolución no es una victoria definitiva, pero sí un paso importante para que los autores material e intelectual del crimen enfrenten las consecuencias.
Helena Monzón, durante su visita a Puebla para presentar el documental Justicia para Cecilia Monzón, ofreció detalles sobre las dificultades que ha enfrentado este proceso judicial: desde la promoción constante de amparos por de la defensa de López Zavala hasta los intentos de frenar las audiencias, cuya estrategia legal busca dilatar el procedimiento y desgastar el caso.
“Apuestan a que a la gente se le olvide, a que en un momento no podamos conseguir que se extienda la prisión preventiva, o que en algún momento haya un error grave por parte de la Fiscalía, pero ellos en ningún momento van a agotar prueba de que son inocentes ni lo van a acreditar, porque no hay manera para hacerlo”, expresó Helena Monzón.
A través de sus redes sociales, Helena Monzón también agradeció públicamente a la Fiscalía General del Estado (FGE) y al equipo jurídico de Justicia para Cecilia Monzón, por extender la prisión preventiva.
La decisión también se produce en un contexto en el que otros procesos contra Javier N, enfrentan obstáculos similares, toda vez que la medida cautelar por violencia familiar, un delito que Cecilia Monzón denunció antes de ser asesinada, sigue estancada debido a los recursos legales interpuestos por la defensa del expriista.
De acuerdo con la Fiscalía, desde abril de 2022, el político había encargado a Jair N. y a Silvestre N. materializar el homicidio. Para ello, les proporcionó todas las herramientas necesarias: una camioneta, una motocicleta, una pistola y el acceso a un inmueble en el que guardaron las pruebas antes y después del atentado.
Jair N. le proporcionó una pistola a Silvestre N., y éste último viajó de Veracruz a Puebla para cumplir con el encargo, por lo que se hospedó una noche anterior en un hotel.
El día del homicidio, el 21 de mayo de 2022, Silvestre N. se dirigió a bordo de una motocicleta al sitio donde ya habían localizado a Cecilia Monzón. Con él ya portaba el arma que Javier N. proporcionó para cometer el ilícito y la accionó hasta en seis ocasiones contra la activista, por lo que murió.
Jair N. condujo e introdujo una camioneta Dodge Durango color rojo en un domicilio ubicado en la colonia Universidades, sitio donde una vez que se cometió el ilícito abordó una motocicleta con destino al hotel donde Silvestre N. se hospedaba.
Una vez en el hotel donde se quedaron de ver para ejecutar el plan del asesinato, ambos se dirigieron nuevamente al sitio donde guardaron la camioneta Dodge Durango, la cual abordaron tras dejar la motocicleta en la que llegaron.
Fue entonces que Silvestre N. se dirigió a Veracruz, sitio donde estuvo resguardado hasta el 30 de julio de 2022 cuando fue aprehendido. En tanto, Jair N. se trasladó a Chiapas, pero también fue detenido días después al igual que Javier N., expareja de Cecilia Monzón y autor intelectual del hecho.
Una de las líneas de investigación que se siguió fue en el sentido que el excandidato priista a la gubernatura habría cometido el feminicidio como venganza por las denuncias presentadas en su contra por abandono y el impago de una pensión alimenticia hacia el hijo que procrearon juntos.