El miércoles 18 de abril, Moisés Ignacio Mier Velazco socavó la confianza que el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando con 223 votos en contra, 275 a favor y cero abstenciones, el proyecto de Reforma Eléctrica fue desechado al no alcanzar la mayoría calificada.
Se necesitaban 57 votos de la oposición —y una efectiva gestión política— para sacar adelante la reforma estrella de su administración, pero el coordinador del grupo parlamentario de Morena en San Lázaro no logró cumplir la encomienda.
El fracaso de Mier Velazco era una pesada loza que arrastraba desde hacía varias semanas, cuando reventó la posibilidad de crear los acuerdos con los coordinadores de las otras bancadas legislativas, principalmente con el PRI. El oscuro escenario, entonces, obligó al secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández, a entrar al rescate, pero con el tiempo insuficiente.
La Reforma Eléctrica terminó en un intento fallido que tuvo como coro mortuorio: “No pasará, no pasará, no pasará”, que durante horas gritó la oposición en la Cámara de Diputados.
Conforme más peso en el cabildeo tuvo el titular de Gobernación federal, más se vio apartado del tema Mier Velazco, quien optó por jugar a las contras al proyecto de sucesión del presidente López Obrador y dar la espalda a las aspiraciones de Claudia Sheinbaum rumbo a la contienda presidencial para apoyar al canciller Marcelo Ebrard.
Mientras menos se involucró en el trabajo de cabildeo para obtener los votos suficientes para la aprobación de la reforma más se le vio metido en “asambleas informativas” para convencer a ciudadanos en Puebla y organizando encuentros para el secretario de Relaciones Exteriores en el estado.
El resultado de su alejamiento del cabildeo fue un desastroso trabajo en el Pleno de la Cámara de Diputados, con un discurso criticado por analistas y especialistas políticos por repetitivo, con lugares comunes y provocando a la oposición, que lejos de acercarse a obtener más apoyos, zanjó más al bloque PRI-PAN-PRD-MC en la discusión.
Desde ese momento, al secretario de Gobernación se le vio más activo en San Lázaro para cerrar acuerdos políticos, como el de la Guardia Nacional. El pasado 12 de octubre, Adán Augusto López Hernández informó que el acuerdo político con el PRI va más allá de la reforma constitucional para extender la participación militar en seguridad pública hasta 2028, por lo que el gobierno y su partido intentarán recuperar la reforma eléctrica y construir una verdadera reforma electoral.
López Hernández relató que el coordinador de la facción morenista, Ignacio Mier, le pidió conversar en vísperas del comienzo del actual periodo ordinario de sesiones para informarle que los diputados del PRI lo buscaron para proponer un acuerdo con el fin de prorrogar la presencia de las fuerzas armadas en las calles.
“Le digo ‘suena interesante, Nacho’, pero diles que, si ya se van a animar, vayamos a otras cosas ahí con la Guardia y otros temas. Así fue y se empezó a construir la posibilidad de lo que hoy tenemos, que es un acuerdo político que va más allá de una reforma constitucional, es un acuerdo político que le va a permitir al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, a transitar de otra manera y consolidar la gobernabilidad que el país requiere, pero sobre todo que requiere el gobierno del presidente López Obrador en el último tramo de su sexenio; ya lo otro que ustedes saben, que si la alianza o no alianza, es cosa de ellos y eso es la contra del acuerdo de Nacho”, puntualizó.
Adán Augusto fue a comentarlo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien le dijo al responsable de la política interna que se lo dejaba para que él lo viera y, gracias a ello, se logró sacar adelante que, más allá de ser una “reforma constitucional, es un acuerdo político”, consideró el titular de la Segob.
La siguiente semana se buscará discutir y aprobar la iniciativa de reforma electoral en los términos que la envío a la Cámara de Diputados el presidente, por lo que el titilar de Gobernación, Adán Augusto López Hernández ya comenzó a cabildear.
Este martes, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados exhibió su falta de relación con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, al aplazar la discusión de su reforma electoral sin informarle previamente.
Por la falta de los votos necesarios para lograr la mayoría calificada, el coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro anunció en redes sociales la decisión tomada en Junta de Coordinación Política a pesar de tener el dictamen de comisiones aprobado y su discusión prevista para este 29 de noviembre, por lo que el proyecto de dictamen sería discutido hasta el 6 de diciembre en el Pleno.
“Por prudencia y dar tiempo para el análisis del dictamen de reforma electoral, aprobado en comisiones, los coordinadores de la Coalición Juntos Hacemos Historia acordamos pedir a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados que dicho proyecto sea abordado el próximo martes”, informó en su cuenta de Twitter.
