Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo comercial preliminar tras su primera reunión de alto nivel desde el inicio de la guerra arancelaria. La Casa Blanca reportó progresos sustanciales, mientras que Pekín confirmó la creación de un mecanismo de consulta económica y comercial para mantener un diálogo continuo.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, calificó las conversaciones como productivas y anunció que más detalles del acuerdo se darán a conocer próximamente en Washington. Desde China, el viceprimer ministro He Lifeng destacó el tono constructivo de la reunión y la voluntad de ambas partes de establecer un canal de comunicación regular.
Aunque los detalles específicos del pacto aún no se han revelado, se espera que el acuerdo ayude a reducir el déficit comercial de EE.UU., que asciende a 1.2 billones de dólares, y facilite la disminución de aranceles aplicados durante el conflicto comercial, algunos de los cuales alcanzaron hasta 145%.
El presidente Donald Trump mostró optimismo y sugirió que este avance podría marcar un “reinicio total” en las relaciones comerciales con China. También mencionó una posible reducción arancelaria al 80%, sujeta a futuras negociaciones.
Este acercamiento representa un paso relevante hacia la desescalada de tensiones económicas entre las dos mayores potencias del mundo, con potencial impacto positivo en los mercados globales.