El desabasto de gasolina en estaciones que operan bajo la franquicia Pemex en Puebla y Tlaxcala se ha agudizado en las últimas semanas debido a un esquema de distribución que, según empresarios del sector, ha desplazado la responsabilidad de suministro a intermediarios privados, afectando gravemente la operación de las gasolineras.
La organización Gasolineros Unidos de los Estados de Puebla y Tlaxcala A.C., encabezada por Luz María Jiménez Almazán, reportó que algunas estaciones han recibido apenas el 35% del combustible programado, lo que representa una reducción de hasta 65% en el suministro. Esta situación ya provocó el cierre temporal de al menos tres expendios que se abastecían desde la terminal de almacenamiento de Pemex en Puebla.
En una carta enviada el 6 de mayo al diputado local Julio Huerta, la organización explicó que el problema radica en el uso del modelo de “comercializadores”, figuras privadas que únicamente re-facturan el combustible sin contar con instalaciones, almacenamiento o transporte propio. Estas empresas reciben el producto directamente de Pemex y lo entregan a las estaciones, sin asumir responsabilidad plena por el abasto.
“Este sistema facilita que Pemex se deslinde de la responsabilidad del suministro”, advierte la asociación, y señala que los gasolineros —aunque firman contratos con los comercializadores— siguen operando bajo la marca Pemex, lo que genera confusión y afecta su credibilidad ante los consumidores.
Gasolineros Unidos alertó sobre el daño económico que esta dinámica representa, al generar pérdidas para los empresarios, desconfianza entre los usuarios y poner en riesgo la movilidad de personas y mercancías. Por ello, solicitaron con urgencia la intervención de la Secretaría de Energía, encabezada por Luz Elena González Escobar, para regularizar el abasto.
Hasta el momento, Pemex no ha emitido una postura oficial sobre la situación, mientras la crisis se extiende a más estaciones y genera incertidumbre en el sector energético de la región.