El empresario Jacobo Martínez Ramos, dueño del exclusivo hotel Banyan Tree, fue denunciado ante la Fiscalía General del Estado (FGE) por los delitos de daño en propiedad ajena y daños a monumentos históricos, tras haber alterado y haberse apropiado de la zona de los Lavaderos de Almoloya.
Martínez Ramos es señalado como el responsable de las graves afectaciones que sufrió esta importante zona histórica de Puebla, lo que orilló al cierre momentáneo de Los Lavaderos luego de que se detectaran agrietamientos en su estructura que ponían en riesgo a los visitantes.
La administración de Miguel Barbosa Huerta interpuso la denuncia penal contra el empresario, ya que alteró la construcción del Siglo XVII que tenía en comodato por parte de la administración que encabezó el exgobernador Rafael Moreno Valle.
El empresario es el presunto responsable de haber convertido el canal de desagüe de Los Lavaderos en un túnel que era rentado por su hotel para sesiones fotográficas para bodas y 15 años, el cual conectaba con el Jardín de las Trinitarias, que cruzaba por debajo de la 14 Oriente.
Los Lavaderos fueron privatizados durante los cinco años que duró el comodato, y únicamente podían ser disfrutados por clientes de un exclusivo bar que era parte del hotel de Martínez Ramos.
El empresario mantenía privatizada esta zona fundacional del Paseo de San Francisco en donde, incluso, tenía su casa, la cual quedó al descubierto luego del rescate del Jardín de las Trinitarias, que hizo el gobierno estatal para reabrir al público este importante espacio.
Inclusive, durante los trabajos de rescate, el empresario Jacobo Martínez intentó volver a colocar las rejas que delimitaban su vivienda, pues había perdido la privacidad que obtuvo como privilegio al tener en comodato el inmueble.
El pasado 11 junio, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cerró el acceso a Los Lavaderos de Almoloya tras detectar el riesgo para los turistas.
El 15 de junio, en conferencia de prensa el gobernador Miguel Barbosa presentó los hallazgos que el personal del INAH reportó, tras integrar un dictamen sobre el patrimonio que estaba en manos de particulares en la zona de San Francisco.
La alteración en la construcción de la zona de Los Lavaderos de Almoloya provocó daños a su estructura subterránea, al grado de representar un riesgo de colapso, informaron autoridades del INAH.
El desagüe de los lavaderos fue convertido en un túnel por la empresa hotelera, para ello se alteraron los muros y la bóveda de canalización, por lo que al generarse un escurrimiento de aguas de manera natural se fue deslavando la tierra, provocando una inestabilidad en su estructura.
“Se encontraron lo que se identificó como los túneles pero que, originalmente, resulta que no eran túneles, eran desagües, eran drenajes, y que recientemente los convirtieron en túneles y muchas más cosas, una zona con estructuras no fuertes, cuando estos drenajes se vuelven túneles para fines turísticos de empresas, hay daños estructurales muy importantes que ponen en riesgo la misma zona”, detalló el gobernador Miguel Barbosa el pasado 15 de junio.
Los canales de desagüe también sufrieron alteraciones, puesto que fueron rebajados para permitir el paso peatonal, ya que eran utilizados por la hospedería como un acceso al Jardín de Las Trinitarias; sin embargo, las constantes vibraciones de los vehículos que circulan por la zona provocaron o que dichos túneles se encontraran en potencial riesgo de colapso.
Igor Emilio Ferrer Acuña, director de Bienes Muebles e Inmuebles del gobierno estatal, indicó que las intervenciones hechas por particulares generaron un deterioro “tremendo”, ya que fueron disfrazadas como túneles simulando ser de la época con la finalidad de “sacar un beneficio económico” de las empresas que estaban a su encargo.
Incluso dijo que en el lugar una cisterna fue convertida en una capilla para celebrar bodas privadas, en la cual se realizó una instalación eléctrica, lo que representa un peligro para cualquier visitante, además de que fue retirada una techumbre que sostiene a la calle que está frente a los Lavaderos de Almoloya, situación que pone en riesgo de colapso todo el soporte, por lo que la obra “está detenida por el Espíritu Santo y fue realizada con el afán de generar dinero y no cultura”, apuntó.
Actualmente, el gobierno estatal, en colaboración con el INAH, lleva a cabo obras de restauración en la zona de Los Lavaderos para que próximamente sean reabiertos al público.
En los trabajos de rescate del patrimonio no participa el actual secretario de Cultura del estado, Sergio Vergara Berdejo, ya que fue quien avaló la entrega de los Lavaderos de Almoloya a particulares durante la gestión municipal del panista Luis Banck Serrato, según dio a conocer el gobernador, y advirtió que hay una investigación que llegará a fondo para descubrir a los involucrados en el “modelo de negocios” que derivó en la enajenación ilegal de los inmuebles de la zona fundacional de Puebla.