La percepción de la inseguridad en la ciudad de Puebla, gobernada por el alcalde Eduardo Rivera Pérez, no solo aumentó seis por ciento al cierre del 2022, sino que diariamente, nueve de cada 10 habitantes considera que al acudir al cajero automático o subirse al transporte público corren el riesgo de ser víctimas de un hecho delictivo.
Además, 79 por ciento de los capitalinos en Puebla ha cambiado el hábito de salir a la calle con cosas de valor por temor a ser víctimas de la delincuencia y 7 de cada 10 personas no tiene fe en el gobierno municipal, toda vez que consideran, la violencia que vive la ciudad seguirá igual de mal o empeorará en los próximos 12 meses.
Estas son algunas consideraciones vertidas en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), estudio que revela que el municipio de Puebla es el cuarto a nivel nacional donde sus habitantes más han escuchado sobre el robo o venta ilegal de gasolina o diésel, también llamado huachicol.
CRECE PERCEPCIÓN DE INSEGURIDAD
De acuerdo con el reporte, que toma en cuenta a 75 ciudades del país, en Puebla capital la percepción de inseguridad pasó de 70 a 75.9 por ciento, lo que significa un incremento de 05.9 por ciento, comparando septiembre con diciembre de 2022.
Con este repunte, la Angelópolis supera la percepción de inseguridad en sitios de alta peligrosidad como Nezahualcóyotl, Estado de México; Ciudad Victoria, Tamaulipas, y también por encima de Ciudad Juárez, Chihuahua, por mencionar algunos.
La medición indica que nueve de cada 10 personas en la ciudad se sienten inseguras al acudir al cajero automático o viajar en el transporte público, así como siete de cada 10 tiene esta percepción en el banco.
Además de que siete de cada 10 poblanos escuchó sobre el consumo de alcohol o casos de robos y asaltos en los alrededores de su vivienda, seis de cada 10 supo de algún caso de vandalismo.
Por otro lado, 33.7 por ciento de los habitantes de la ciudad escuchó sobre la venta o consumo de drogas cerca de su casa y 33.4 ha identificado disparos frecuentes con armas en los alrededores.
En tanto, 9.1 por ciento de los encuestados escuchó sobre el robo o venta ilegal de gasolina o diésel al cierre del año pasado, lo que coloca a la ciudad en la cuarta posición nacional con mayor percepción sobre concurrencia de este ilícito, solo después de Milpa Alta y Tláhuac, en Ciudad de México y Mazatlán, Sinaloa.
El reporte señala que 79 por ciento de personas cambió el hábito de llevar cosas de valor a la calle por temor a ser víctima de la delincuencia, 59.5 por ciento también dejó de permitir que menores salieran a la calle y 69 por ciento evita salir durante la noche, mientras que 39.6 por ciento ya no visita frecuentemente a parientes y amigos.
Lo anterior se ve ligado directamente con la pésima percepción del desempeño de la policía preventiva municipal, toda vez que sólo cuatro de cada 10 personas en la ciudad consideran efectivo su trabajo.
Las problemáticas respecto a servicios que ofrece la ciudad no son un asunto menor: 98.1 por ciento de los encuestados identificó algún tipo de inconveniente en su ciudad.
De los entrevistados, ocho de cada 10 consideraron que el problema se centra en la falta de pavimentación en calles y avenidas, 59.8 por ciento dijo que es el alumbrado público ineficiente, 40.9 por ciento el suministro de agua potable, 71.1 por ciento la delincuencia y la cereza en el pastel: solo 22 por ciento consideró efectivo al gobierno municipal para resolver problemáticas que enfrenta su núcleo urbano.
