Luego de que su gobierno interpuso una denuncia en contra del empresario Jacobo Martínez Ramos, dueño del hotel Banyan Tree, el gobernador Miguel Barbosa Huerta confió en que se aplique la ley y que las fiscalías determinen las responsabilidades por el daño ocasionado al patrimonio en la zona de los Lavaderos de Almoloya.
Martínez Ramos enfrenta los delitos de daño en propiedad ajena y daño a monumentos históricos, este último es considerado delito federal y se castiga de acuerdo al Código Penal Federal.
El empresario presuntamente alteró y se apropió de la zona de los Lavaderos de Almoloya, en donde realizó modificaciones que generaron una grave afectación a la estructura, que puso en riesgo de colapso el famosos tunel que era rentado para bodas y quince años.
Miguel Barbosa dijo que era una obligación de su gobierno haber puesto de conocimiento de la autoridad investigadora los hechos de San Francisco, en donde el empresario tiene asentado su exclusivo hotel y una casa, para lo cual privatizó la zona fundacional de Puebla.
Confió en que las autoridades investiguen y finquen responsabilidades en el ámbito de sus competencias contra los presuntos responsables, pero advirtió que pronto habrá una evolución de las averiguaciones sobre los daños ocasionados a los monumentos históricos de los poblanos.
“Es de todos los mexicanos, es un patrimonio de la humanidad, no de un hotel, no de un privado, no. Que se aplique la ley, solo que se aplique la ley”, expresó Miguel Barbosa en su conferencia de prensa matutina.
A decir del mandatario, la formación de un Fideicomiso sobre el Paseo de San Francisco, los condominios ni las áreas comunes fraccionadas, justifica ni da legalidad a los daños que se provocaron a los monumentos.
“Esas situaciones de privilegios de otro tiempo, de otro gobierno, con nosotros no van a continuar, o qué pensaban ¿que iban a quedarse con los monumentos históricos de Puebla? en manos privadas? Y que, ese esquema jurídico que formaron en los tiempos que parece que fue de Moreno Valle, y uno o dos (gobiernos) antes, ¿iba a quedarse funcionando como tal? No”, sentenció Miguel Barbosa.
El empresario es el presunto responsable de haber convertido el canal de desagüe de Los Lavaderos en un túnel que era rentado por su hotel para sesiones fotográficas para bodas y 15 años, el cual conectaba con el Jardín de las Trinitarias, que cruzaba por debajo de la 14 Oriente.
Los Lavaderos fueron privatizados durante los cinco años que duró el comodato, y únicamente podían ser disfrutados por clientes de un exclusivo bar que era parte del hotel de Martínez Ramos.