Staff HL
Al compartir con sus pares las experiencias en su labor como investigadora durante 40 años, y los retos a los que se enfrentan las mujeres en este ámbito, la rectora Lilia Cedillo Ramírez hizo un llamado para privilegiar el apoyo, la sororidad, la valentía y la confianza de lograr un futuro promisorio en la ciencia, la tecnología y la innovación. Lo anterior durante su ponencia magistral en el cierre del IV Congreso de Investigadoras del SNI y de Iberoamérica, celebrado en la BUAP del 10 al 12 de noviembre.
Con la ponencia “Los retos de las mujeres en la ciencia”, la doctora Cedillo Ramírez dio por concluidas las actividades de este encuentro, el cual congregó a más de 6 mil investigadoras de 28 países, a quienes felicitó por enfrentar los obstáculos en su carrera académica.
“Las investigadoras son siempre personas que van pensando qué harán y una vez que planean y logran su trabajo surgen nuevos proyectos, por eso son incansables con sus metas y todo parece indicar que en su vida profesional nunca se acaban los retos. Todas son mujeres que inspiran porque han recorrido un largo camino enfrentando obstáculos con gran entereza y valentía”.
“GANAR ESPACIOS EN LA CIENCIA NO FUE FÁCIL”
Durante su ponencia, la rectora de la BUAP habló en un primer momento de la trayectoria de las mujeres en la ciencia a lo largo de los siglos. Mencionó que ganar espacios no fue fácil, pues la posición femenina se ha caracterizado por la desigualdad. Al respecto, mencionó que desde 1901 se han entregado 961 premios Nobel y sólo 61 han sido para mujeres. Respecto a determinadas áreas de conocimiento, como las llamadas ciencias duras o exactas, sólo dos veces en Matemáticas este reconocimiento ha sido para figuras femeninas.
A pesar de esto, mencionó que la participación de la mujer en la ciencia es destacada, recordando a figuras como Hipatía de Alejandría, matemática nacida en el siglo IV; Marie Curie, la primera en ganar un Nobel en 1903; Lise Meitner, responsable de la fusión nuclear; Jane Goodall, la más destacada primatóloga que ha existido; Katherine Johnson, matemática afroamericana pionera en la informática espacial; Françoise Barré-Sinoussi, bioquímica francesa, premio Nobel en 2018 y figura decisiva para descubrir el virus que produce el SIDA; Rita Levi-Montalcini, Premio Nobel en Medicina por descubrir el factor de crecimiento nervioso; y Katalin Karikó, bioquímica húngara, cuyos estudios sobre ARN fueron base para las vacunas contra el SARS-CoV-2.
Tras realizar este reconocimiento, resaltó que la participación femenina en la ciencia permanece en una posición de disparidad, ya que de acuerdo con la OCDE las mujeres representan sólo 28 por ciento del personal de investigación en el mundo; mientras que la Unesco señala que apenas 35 por ciento de los estudiantes de carreras de ciencia, tecnología y matemáticas son mujeres, además de que las tasas de abandono de las profesiones ligadas a estas áreas es más alta entre las mujeres que entre los hombres.
A pesar de este escenario, señaló que cada vez existe un mayor interés por impulsar su inclusión en la ciencia. La Unesco como la ONU, para su agenda en 2030, plantearon estrategias para incrementar su participación en la ciencia, la tecnología y la innovación, a fin de promover su visibilización y reconocimiento en el ámbito científico.