La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves la polémica “Gran y Preciosa Ley” impulsada por Donald Trump, un ambicioso paquete fiscal y presupuestario que eleva el gasto público. El proyecto avanzó con 218 votos a favor y 214 en contra, tras intensas negociaciones internas y presiones de última hora por parte del presidente de la Cámara, Mike Johnson, quien logró convencer a varios distritos republicanos escépticos de apoyar la iniciativa.
El resultado representa el triunfo legislativo más significativo de Trump desde su regreso al poder el pasado 20 de enero. Ahora, corresponde al propio presidente firmar la ley durante una ceremonia programada para mañana viernes.
La Casa Blanca impulsó la aprobación antes del 4 de julio, Día de la Independencia, pero los demócratas bloquearon el avance mediante el líder de la minoría, Hakeem Jeffries, quien pronunció un filibuster de 8 horas y 44 minutos, un récord para esta legislatura. Jeffries criticó la falta de debate real y advirtió sobre recortes en Medicaid y el impacto en familias vulnerables.
Aunado al debate opositor, Trump enfrentó la resistencia de su propio partido, donde solo admitían tres deserciones. Tras intensas gestiones —incluyendo llamadas del presidente y un mensaje agresivo en Truth Social— solo se mantuvieron en contra Thomas Massie y Brian Fitzpatrick. Johnson justificó el consenso como fruto de la atención a las preocupaciones de todos los miembros.
La “Gran y Preciosa Ley” amplía los recortes fiscales de 2017, sinergiza el gasto militar, fortalece la seguridad fronteriza y reduce drásticamente programas sociales como Medicaid y la ayuda alimentaria. Críticos destacan que el paquete podría elevar la deuda federal entre 2.4 y 3 billones de dólares en la próxima década, según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO). Además, Elon Musk calificó el proyecto como “un espantoso engendro”, lo que marcó una ruptura pública con Trump.
