Un ataque con misiles balísticos rusos en el centro de la ciudad ucraniana de Sumy dejó al menos 32 muertos y 99 heridos, incluidos 11 niños, según informaron autoridades locales. El ataque, que ocurrió alrededor de las 10:15 a.m. durante las celebraciones del Domingo de Ramos, impactó áreas densamente pobladas y afectó a civiles que se encontraban en las calles, vehículos y transporte público.
Las fuerzas rusas utilizaron misiles balísticos Iskander-M en el ataque, y se sospecha que emplearon municiones de racimo, lo que ha generado preocupación internacional por el uso de armas prohibidas en zonas civiles.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó el ataque, calificándolo como un acto de terrorismo deliberado y genocidio. Hizo un llamado a la comunidad internacional para que refuerce las defensas aéreas de Ucrania y aumente la presión sobre Rusia.
Este ataque se produce en medio de tensiones diplomáticas, ya que ocurrió menos de 48 horas después de que el enviado estadounidense Steve Witkoff se reuniera con el presidente ruso Vladímir Putin en Moscú para discutir posibles acuerdos de paz. Ucrania ha expresado su frustración por la falta de avances en las negociaciones y la continuación de los ataques rusos contra civiles.
La comunidad internacional ha condenado enérgicamente el ataque. Líderes como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer han pedido un alto el fuego inmediato y han instado a Rusia a cesar las hostilidades.
La ciudad de Sumy, ubicada en el noreste de Ucrania y cerca de la frontera con Rusia, ha sido objeto de múltiples ataques desde el inicio de la invasión rusa en 2022. Este último ataque es uno de los más mortales en lo que va del año y resalta la intensificación del conflicto en la región.
Las autoridades ucranianas continúan las labores de rescate y asistencia a las víctimas, mientras la comunidad internacional evalúa medidas adicionales para apoyar a Ucrania y presionar a Rusia para que detenga sus ataques contra civiles.
