Tras la suspensión del servicio de hemodiálisis en hospitales públicos de Puebla, más de 200 pacientes con enfermedad renal crónica quedaron sin tratamiento. La situación generó una emergencia médica que fue resuelta gracias a la intervención directa del gobernador Alejandro Armenta, quien logró destrabar el conflicto y garantizar la reanudación inmediata del servicio.
La crisis se originó cuando la empresa Zdenko, responsable de brindar el servicio de hemodiálisis en Puebla, detuvo sus operaciones por un problema contractual, afectando a unidades como el Hospital del Norte. La presión aumentó cuando pacientes y familiares realizaron protestas este lunes, bloqueando la lateral de la autopista México–Puebla a la altura de Villa Frontera, exigiendo una solución urgente.
El secretario de Salud, Carlos Alberto Olivier Pacheco, informó que, en coordinación con el IMSS Bienestar y el doctor Jerónimo Lara Gálvez, se logró una negociación con la empresa proveedora y el servicio fue reactivado este miércoles en las unidades médicas afectadas.
Gracias a las gestiones del Ejecutivo estatal, se inició también la reprogramación de sesiones de hemodiálisis en los hospitales que cuentan con equipo instalado, con el compromiso de priorizar a los pacientes más críticos.
Aunque algunos enfermos permanecen hospitalizados por los efectos de la interrupción del tratamiento renal, la Secretaría de Salud de Puebla garantizó atención médica continua y pidió comprensión a las familias durante el proceso de reorganización del calendario de sesiones.
Con esta acción, el gobierno estatal refrenda su compromiso con la salud pública en Puebla y la protección de los derechos de pacientes renales, asegurando el acceso oportuno a tratamientos que son vitales para su bienestar.