Mientras la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) enfocaba sus baterías en conseguir una rehabilitación vial frente a su campus, financiado con recursos públicos el Ayuntamiento de Puebla por hasta 50 millones de pesos, los estudiantes de la licenciatura en Medicina enfrentaban una situación mucho más crítica dentro de las aulas: despido de docentes sin explicación, sobrecupo en la matrícula y profesores poco calificados.
Este martes, los estudiantes cerraron tres accesos al edificio ubicado en la calle 21 Sur, en el barrio de Santiago, al expresar su indignación por la pérdida de 83 plazas para la realización del internado.
La falta de profesores calificados, sumada a los constantes cambios de maestros, a decir de los inconformes, ha interrumpido el ritmo de aprendizaje de los alumnos, quienes pagan colegiaturas de hasta 16 mil pesos mensuales, pero no lo han visto reflejado en el costo-beneficio.
Desde las 7:00 horas, los estudiantes cerraron el acceso a la institución, al acusar que varios profesores han sido despedidos sin explicación y las evaluaciones académicas han sufrido cambios drásticos, sin previo aviso ni consulta con los alumnos, lo que ha generado malestar en la comunidad estudiantil.
Fueron alrededor de 30 alumnos los que bloquearon tres de los cuatro accesos principales del edificio. Con pancartas en mano y vestidos con batas médicas, los estudiantes protestaron por la falta de diálogo con las autoridades universitarias y exigieron soluciones inmediatas a sus demandas.
Entre los reclamos destacaban la pérdida de 83 plazas para internados, la sobrepoblación en las aulas, y la falta de docentes calificados.
Las consignas resonaron fuerte: “Merecemos calidad educativa”, “la educación no se vende, se defiende” y “la colegiatura es para nuestra institución”.
Uno de los puntos más polémicos de la protesta fue el despido del doctor Pierre Mitchel Aristil Chéry, profesor respetado entre los estudiantes de Medicina, quien era considerado uno de los mejores docentes de la facultad.
Según los alumnos, su despido fue injustificado y dejó un vacío importante en la enseñanza de varias materias.
Una estudiante de Medicina explicó que llevaban más de un mes intentando hacer llegar sus inquietudes a la administración universitaria, pero sus voces habían sido ignoradas.
A raíz de la manifestación se logró abrir una mesa de diálogo entre estudiantes, padres de familia y representantes de la UPAEP. En este encuentro, los estudiantes exigieron la destitución de la directora de la carrera de Medicina, Nuvia Adriana Monter Valera; pidieron mejoras en la infraestructura, contratación de profesores más capacitados y la restitución de las plazas de internado pérdidas.
Pese al inicio de las conversaciones, algunos alumnos denunciaron haber sido objeto de amenazas por parte del personal de la universidad, pues alegaron que se les advirtió sobre posibles sanciones, como la pérdida de becas o incluso expulsiones, si continuaban con la protesta.
Además, la presencia de un abogado durante la manifestación, que certificó el proceso, generó incertidumbre entre los estudiantes, quienes temieron que la universidad pudiera emprender acciones legales en su contra.
Cerca del mediodía, las partes acordaron que la universidad tendría 15 días para responder formalmente a las peticiones de los estudiantes. Sin embargo, los manifestantes advirtieron que, si no obtienen soluciones satisfactorias, están dispuestos a retomar las protestas.
Después de las manifestaciones, las autoridades universitarias finalmente accedieron a dialogar con los alumnos inconformes y se alcanzaron varios acuerdos, entre estos reducir el porcentaje de los exámenes departamentales a 20 por ciento para este periodo. Además, se realizará una revisión exhaustiva de las evaluaciones y se enviará una circular con todos los detalles.
Los estudiantes podrán evaluar a sus profesores antes de finalizar el semestre para asegurar una mayor calidad en la enseñanza y se presentarán estrategias de apoyo didáctico para los docentes. Por otro lado, acordaron organizar una plenaria con los profesores para discutir avances y posibles áreas de oportunidad en sus clases.
A pesar de los acuerdos alcanzados, los estudiantes advirtieron que seguirán vigilando el cumplimiento de estas medidas, mientras que la próxima reunión entre alumnos y directivos está programada para el 2 de octubre, donde se evaluarán los avances y se discutirán otros temas pendientes.
