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martes, diciembre 3, 2024

La vida después de ti

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A mi Carmenchu

 

La inmensa muerte abrazó tu cuerpo,

TODO,

Y de súbito el silencio lo consumió,

 

Así;

Cruel,

Brutal,

Feroz.

 

Dejé de oír el chillido de tu andadera,

Tu voz de apariencia joven,

Y se detuvieron todas tus letras,

Junto con tus arrugas.

 

Dijiste, y al ” chico rato”

No decías,

estabas gélida,

Enmudecida.

 

Dijiste “me voy a ir al mar”

Y la sabia chica te dijo:

” Ora, si ni usted, ni yo sabemos nadar”

Y poco más,

Te ibas y no dijiste,

Te volviste a peinar

Para no recibir con espanto al infinito.

 

Que siempre prestaste oídos,

—tus oídos mal trechos —

A nuestras risas,

Y

Nuestros llantos.

Nosotros

Que Vimos tus naufragios de amor,

El desatino y sin sabor

De tu roto amor de mujer,

Y con ese hilo delgado y enredado, nos tejiste,

Y nos diste una vida,

La nuestra,

La de tus 3 hijos.

 

Un día,

Uno cualquiera

De

R

E

P

E

N

T

E

 

Tu corazón reventó,

 

______________________

 

Y los días se nos volvieron

Un dolor perenne,

Milenario,

De esos que se arraigan,

De los que no se van.

 

De nada sirvió tu inmensa resistencia de no mirar a la muerte.

Inquebrantable tu fuerza, vencida.

Y estamos, de facto, como niños perdidos entre la muchedumbre.

Perdidos

Sin la madre.

Cómo solo se puede estar, después de ti.

 

Ya nadie tocará tu ventana,

Y de nada valdrá aferrarse a tu olor.

 

Yo tengo miedo de que me oigas Llorar por ti,

Porque no te va a gustar

Mi tristeza

 

No te va a gustar “má”

 

Toca perderse y aprender a reinventarse un mundo, posterior a la madre.

 

“Alzo los ojos; y no hay nada”

 

NADA

 

Por aquello de que somos humanos, demasiado humanos.

 

Carne de tu carne.

 

Y luego veo TODO

 

Porque ahora eres de siempre.

 

Para Siempre…

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