La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, afirmó este martes que su gobierno trabaja intensamente para evitar que entren en vigor los aranceles del 30 % que Estados Unidos impondrá a las exportaciones mexicanas a partir del próximo 1 de agosto, como anunció recientemente el presidente estadounidense Donald Trump.
“Estamos trabajando todos los días para revertir los aranceles”, declaró Sheinbaum durante su conferencia matutina, al ser cuestionada sobre el avance de las negociaciones con Washington. Aunque reconoció que “todavía no hay nada concreto”, la mandataria aseguró que continúan los esfuerzos diplomáticos para evitar afectaciones económicas tanto para México como para Estados Unidos.
De acuerdo con la información oficial, el canciller mexicano Marcelo Ebrard ha sostenido ya tres conversaciones formales con autoridades estadounidenses, incluyendo altos funcionarios del Departamento de Estado y asesores económicos de la Casa Blanca. Estas gestiones forman parte de una estrategia diplomática que busca, entre otras cosas, detener la medida antes de que entre en vigor este viernes.
Sheinbaum no descartó que, de ser necesario, se concrete en los próximos días una llamada telefónica directa con el presidente Trump. “Estamos abiertos a todas las vías de diálogo. Si se requiere esa conversación, por supuesto que la tendríamos”, expresó.
Los nuevos aranceles, anunciados por Trump el pasado 12 de julio, forman parte de una ofensiva comercial que también involucra a la Unión Europea y Japón, y que según la Casa Blanca busca “equilibrar el comercio” y presionar por mayores controles migratorios y antidrogas en la región.
La presidenta mexicana indicó que su gobierno ha planteado alternativas al equipo estadounidense, enfocadas en mecanismos no arancelarios, así como en la reactivación de acuerdos de cooperación económica y de seguridad bilateral, como parte del llamado Plan México.
En el ámbito interno, sectores industriales y exportadores han alertado sobre las consecuencias de la medida, que podría impactar directamente a cadenas de valor en el norte del país y frenar inversiones en zonas fronterizas.
Ante las crecientes inquietudes del sector empresarial, en especial del automotriz —uno de los más expuestos al comercio bilateral—, Sheinbaum aclaró que hasta el momento ninguna empresa ha tomado la decisión de cerrar fábricas en México como consecuencia de los aranceles anunciados.
“Hasta ahora no hay alguna decisión de cerrar una fábrica por parte de las empresas automotrices. Seguimos en contacto con el sector y con nuestros socios comerciales”, aseguró la mandataria.
La industria automotriz, particularmente en estados como Guanajuato, Nuevo León y Coahuila, ha manifestado su preocupación por el impacto que podría tener una barrera arancelaria de esta magnitud. México exporta más del 80 % de sus vehículos a Estados Unidos, lo que convierte a este sector en una de las columnas vertebrales del comercio bilateral.
Analistas señalan que la incertidumbre sobre la relación comercial con Estados Unidos representa uno de los mayores desafíos del nuevo gobierno mexicano.
Sheinbaum expresó su confianza en que se logre un acuerdo diplomático en las próximas horas, similar al alcanzado por otros socios comerciales de Washington en días recientes.