La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reiteró su rechazo al impuesto del 3.5% que Estados Unidos pretende imponer a las remesas enviadas por migrantes. Aunque reconoció la reducción desde el 5% propuesto inicialmente, enfatizó que su gobierno continuará trabajando para eliminar completamente esta medida, al considerarla discriminatoria y violatoria de acuerdos internacionales.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum instó a los migrantes mexicanos a enviar mensajes a los senadores estadounidenses, solicitándoles votar en contra de este impuesto.
“No al impuesto a las remesas”, declaró enfáticamente. “Invitamos a nuestros paisanos y paisanas a que envíen mensajes por redes sociales, correos electrónicos, cartas ahora a los senadores, porque pasa al Senado de EE.UU., para que no haya impuesto a las remesas”, puntualizó.
La mandataria informó que su gobierno continuará el diálogo con senadores republicanos y demócratas para exponer las razones por las cuales este impuesto afectaría negativamente a la economía de ambas naciones.
“Vamos a seguir trabajando, se va otro equipo la semana que viene a hablar con senadores y a hablar con nuestra comunidad del otro lado de la frontera para seguir trabajando y evitar que haya este impuesto”, argumentó.
Esta semana, la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó, por un estrecho margen de 215 votos a favor y 214 en contra, el plan fiscal impulsado por el presidente Donald Trump, conocido como “el gran y hermoso proyecto de ley”. Dicho plan incluye la imposición de un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas por migrantes, así como recortes fiscales y mayores fondos para seguridad fronteriza. Ahora, el proyecto pasará al Senado, donde se espera una intensa discusión y posibles modificaciones.
México, donde las remesas representan casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), ha registrado once años consecutivos de incrementos anuales en estos envíos, alcanzando un récord de 64,745 millones de dólares en 2024. La propuesta de gravar las remesas ha sido criticada por el Gobierno mexicano por considerarla una violación al tratado bilateral de 1994 contra la doble tributación.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, viajará a Washington para continuar las negociaciones y expresar la oposición de México a esta medida. Por su parte, el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, calificó la reducción del impuesto como una “buena noticia”, pero coincidió en que el objetivo es eliminar completamente el gravamen.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar el futuro de esta propuesta en el Senado estadounidense y su impacto en las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos.