Con el relevo inminente en la presidencia del Senado, Gerardo Fernández Noroña concluye su período al frente de la Mesa Directiva, un ciclo que estuvo marcado por múltiples escándalos y declaraciones controvertidas, su paso representó una constante fuente de tensión dentro del partido y en el contexto político nacional.
Ahora, Morena perfila a una mujer como su sucesora en la presidencia del Senado. Entre las candidatas mencionadas están Laura Itzel Castillo y Guadalupe Chavira, quienes son consideradas opciones con perfil más institucional y moderado.
El apodo “el tribuno del pueblo” refleja una figura mediática, polémica y polarizadora. Su retórica encendida y su presencia constante en medios generaron visibilidad, pero también divisiones entre sus aliados y críticos dentro del partido. El contexto político actual, con un enfoque en unidad y cohesión, ha alimentado el deseo interno de que el Senado retome un perfil más sobrio y menos proclive al espectáculo.
En suma, el relevo en la presidencia del Senado representa un momento clave para Morena: un cierre de etapa que el partido busca capitalizar para fortificar su institucionalidad y reorientar su discurso hacia una agenda más alineada con su gobierno, sin el ruido de las polémicas escénicas.