Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) dio a conocer que la empresaria Julia Abdalá, pareja de Manuel Bartlett, recibió 59 millones de pesos por la supuesta venta de un inmueble a la familia Weinberg, señalados como prestanombres de Genaro García Luna.
No obstante, el pago supuestamente hecho en 2012 duplica el valor de un avalúo de hace cinco años y en los registros oficiales no se puede comprobar que la compraventa fue a los Weinberg.
De acuerdo a la investigación firmada por el periodista Iván Alamillo, el inmueble es un hotel boutique ubicado en el número 40 de Leibnitz, colonia Anzures, Ciudad de México, propiedad de la empresa B White S Suite de Abdalá.
Un avalúo realizado en 2020 señala que el valor de la propiedad era de 29 millones de pesos, pese a que Abdalá asegura que los 59 millones que recibió en 2012 son de esta venta.
Según el folio real del inmueble en el Registro Público de la Propiedad no hay evidencia de que la compraventa fuera en mayo de 2012. En cambio, la documentación señala que hubo un cambio de dueño hasta 2021.
La compañía I3 Bienes Raíces SAPI SA de CV por 12.7 millones. Dicha sociedad es controlada por otras empresas “vinculadas” a la familia Arellano Hernández, que también ha sido señalada por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de ser parte de la red de lavado de dinero de Genaro García Luna y los Weinberg.
Al momento de la transacción, Abdalá ya no contaba con acciones en la empresa dueña del inmueble, B White S Suite.
Samuel Weinberg López y su hijo, Alexis Weinberg Pinto, están señalados como los principales prestanombres de García Luna, exsecretario de Seguridad con Felipe Calderón.
MCCI dio a conocer desde marzo de este año la transacción de los 59 millones de pesos (equivalente a 4.5 millones de dólares) a las cuentas de Julia Abdalá y de Roybell International Inc, una “compañía offshore” que supuestamente controlaba entre julio de 2012 y mayo de 2017.
Los supuestos prestanombres enfrentan un juicio civil en Miami, Florida, promovido por el Gobierno de México por el presunto desvío de fondos del erario.
A petición de MCCI, Abdalá envío una nota aclaratoria en la que asegura que la compraventa se hizo “con base en valores comerciales”.
Asimismo, aseguró que no fue una enajenación sino una operación de cesión a título oneroso, de la empresa que ella era titular. Al ser un inmueble de la sociedad, no se inscribió a su nombre la operación en el Registro Público de la Propiedad.
Sin confirmar o negar la transacción de recursos a un banco suizo, Abdalá aseguró que siempre ha cumplido con sus obligaciones fiscales y sus actividades son lícitas.
“Se precisa que la suscrita ha sido una contribuyente que siempre he cumplido con mis obligaciones fiscales y en todo momento me he conducido conforme a derecho dentro del marco local que nos rige, por lo que los actos actuaciones y/o actividades de la suscrita son y siempre han sido lícitos”