En un artículo publicado en The New York Times, el periodista y experto en crimen organizado Ioan Grillo lanzó una fuerte advertencia sobre los peligros de la narrativa trumpista que busca culpar a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, por las protestas contra las redadas migratorias en ciudades como Los Ángeles.
Según Grillo, esta estrategia no solo es infundada, sino que podría alimentar posturas bélicas en Washington y desestabilizar la cooperación entre ambos países.
“Personas influyentes de la derecha trumpista han comenzado a echar la culpa a México”, escribe Grillo, señalando específicamente al activista Charlie Kirk, quien publicó un video viral con la frase: “La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum es una amenaza mayor para Estados Unidos que Vladímir Putin”.
El periodista califica dicho contenido como engañoso, y lo identifica como parte de una campaña más amplia para desacreditar a la mandataria mexicana y alimentar el miedo hacia los migrantes.
La acusación ganó más tracción cuando Kristi Noem, actual secretaria de Seguridad Nacional, la retomó en una conferencia desde la Casa Blanca, asegurando:
“Claudia Sheinbaum alentó más protestas en Los Ángeles, y la condeno por eso”. Sin embargo, Grillo desmiente categóricamente esa afirmación: “De hecho, ocurre lo contrario”, afirma.
En su análisis, el periodista destaca que Sheinbaum —quien asumió la presidencia en octubre de 2024— ha sido una aliada confiable de Washington. Entre sus acciones destacan presionar a los cárteles, colaborar con agencias estadounidenses para reducir el flujo de migrantes y drogas como el fentanilo, y evitar confrontaciones personales con Trump pese a las diferencias ideológicas. Grillo incluso señala que gracias a esta cooperación, Trump ha podido presumir algunas de sus “pocas victorias claras” en política migratoria y de seguridad.
Para Grillo, el verdadero peligro de esta narrativa no radica en su falsedad, sino en su potencial para legitimar acciones unilaterales desde Estados Unidos. En particular, advierte sobre el interés de ciertos sectores republicanos en justificar ataques militares contra cárteles en territorio mexicano.
“Una intervención no derrotaría a los cárteles”, asegura, explicando que se trata de redes descentralizadas con presencia en ambos lados de la frontera, no de blancos militares convencionales.
Además, sostiene que una escalada militar dañaría la relación bilateral y colocaría a Sheinbaum en una posición política insostenible frente a la opinión pública mexicana.
“México se enorgullece de su soberanía, y una agresión podría imposibilitar la cooperación futura”, advierte.
El análisis también señala que aunque algunos políticos del partido Morena han recurrido a discursos nacionalistas —recordando, por ejemplo, que California fue territorio mexicano—, no existe en el gobierno mexicano una intención real de fomentar malestar o insurrección dentro de Estados Unidos. Por el contrario, apunta que a México no le conviene una ruptura con su principal socio comercial, con quien compartió más de 840 mil millones de dólares en comercio transfronterizo el año pasado.
“Los sentimientos nacionalistas distan mucho de ser una conversación política seria sobre la ‘reconquista’ de California”, enfatiza Grillo, en referencia a las insinuaciones de figuras como Kirk o Noem, que intentan vincular las protestas con un supuesto plan subversivo desde México.
El artículo concluye señalando que esta nueva narrativa del trumpismo es una distracción que puede tener consecuencias reales y graves. Alimentar la idea de que México y su presidenta están detrás de las protestas migrantes sirve para desviar la atención del carácter represivo de las redadas, justificar el uso de la fuerza militar interna y debilitar aún más el debate público sobre migración.
Para Ioan Grillo, el intento de Trump y su círculo de convertir a Sheinbaum en una figura enemiga no solo es injustificado, sino profundamente peligroso: amenaza la estabilidad regional y envenena una relación bilateral ya tensa con desinformación.