Publicado originalmente por Zedryk Raziel en El País, compartimos este reportaje por su relevancia e interés periodístico:
El mazo de extradiciones de narcotraficantes de México a Estados Unidos deja ver cuáles son las prioridades de la Administración de Donald Trump cuando se miran los nombres de los criminales al detalle. De los 26 nuevos capos entregados el martes por el Gobierno de Claudia Sheinbaum, al menos 11 están vinculados al Cartel de Sinaloa o a alguna de las facciones en pugna por la herencia de su fundador, Joaquín El Chapo Guzmán: Los Chapitos y La Mayiza. Washington ha puesto en el centro de la diana al Cartel de Sinaloa por ser el principal productor y contrabandista de fentanilo en su territorio, en medio de la epidemia de adicción que mata a decenas de miles de estadounidenses cada año. El resto de los extraditados se conforma por algunos cabecillas del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Zetas, La Familia y los Arellano Félix. El Departamento de Justicia de EE UU se ha comprometido a que no pedirá la pena de muerte para ninguno de los 26 criminales, y en cambio sí la cadena perpetua. Este nuevo envío de personajes ligados al narco, el segundo desde febrero, ocurre luego de que Trump firmó una orden que faculta al Ejército de EE UU a efectuar operaciones contra el narco más allá de sus fronteras, que despertó el temor de una transgresión a la soberanía de México.
La lista la encabeza Kevin Alonso Gil, El 200, uno de los líderes del cuerpo de seguridad de Iván Archivaldo Guzmán, el líder de Los Chapitos e hijo de El Chapo. El 200 fue capturado en febrero en un operativo realizado en Culiacán. Junto con él ha sido extraditado Martín Zazueta Pérez, otro de los jefes de la guardia pretoriana de Iván Archivaldo. “Ambos hombres han liderado sicarios armados con rifles de tipo militar, como AK-47, M-16 y AR-15, y lanzagranadas en ataques contra militares mexicanos. Gil Acosta lideraba a sicarios encargados de proteger laboratorios y rutas de distribución de fentanilo, mientras que Zazueta Pérez proveía seguridad personal al líder de Los Chapitos”, ha señalado el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
México también ha entregado a Mauro Alberto Núñez Ojeda, Jando, igualmente parte del círculo cercano de Iván Archivaldo Guzmán, de quien era piloto y que fue detenido también en febrero. Washington también recibió a Hernán Domingo Ojeda López, El Mero Mero, capturado en diciembre de 2024 en Badiraguato, y al que el Gobierno mexicano identifica como tío de Ovidio Guzmán López, El Ratón, otro de los hijos de El Chapo.
También ha sido extraditado Juan Carlos Félix Gastélum, El Chavo Félix, yerno de Ismael El Mayo Zambada, cofundador del Cartel de Sinaloa y quien está en manos de EE UU desde el año pasado. El Departamento de Justicia estadounidense sostiene que El Chavo Félix es “uno de los principales operadores del Cartel de Sinaloa de laboratorios clandestinos de metanfetamina localizados en las montañas de la Sierra Madre de Sinaloa y Durango, y está involucrado en la manufactura y distribución de enormes cantidades de metanfetamina y cocaína hacia Estados Unidos”. También fue entregado Jesús Guzmán Castro, alias Chuy o Narizón, identificado por las autoridades mexicanas como uno de los líderes de La Mayiza, y quien fue capturado en mayo en Culiacán, la capital de Sinaloa.
Los Chapitos y La Mayiza —escisión vinculada a Zambada— solían trabajar como socios, hasta que El Mayo fue emboscado por los hijos de El Chapo para luego entregarlo a Washington en una operación secreta, ejecutada a espaldas del Gobierno de México. Los Mayos consideraron que se trató de alta traición, y a partir de ello han mantenido contra sus antiguos aliados una guerra que ha dejado cientos de muertos y decenas de desaparecidos en Sinaloa. En el río revuelto, el Gobierno de Claudia Sheinbaum ha centrado sus baterías en atacar la estructura criminal del Cartel de Sinaloa y ha incautado cantidades históricas de fentanilo y metanfetamina.
En la lista de narcos entregados se cuenta a Leobardo García Corrales, “una importante figura en el Cartel de Sinaloa que ha traficado varios kilos de fentanilo a Estados Unidos, a veces a cambio de armas de tipo militar como AK-47, granadas y rifles semiautomáticos”; García Corrales, indica el Departamento de Justicia de EE UU, “afirma ser amigo cercano y socio” de El Chapo. También fue entregado Luis Raúl Castro Valenzuela, Chacho, integrante del Cartel de Sinaloa que fue acusado del secuestro de una ciudadana de Estados Unidos y de tráfico de heroína y fentanilo al país norteamericano. Resalta también el nombre de Anton Petrov Kulkin, un bioquímico de origen búlgaro que trabajaba para la organización criminal de El Chapo Guzmán, según dio a conocer Insight Crime.
Otro enviado a EE UU es José Baldomero Fernández Beltrán, operador del Cartel de Sinaloa en Sonora, capturado en septiembre de 2024 en un hospital de ese Estado al que acudió a atenderse heridas causadas por un artefacto explosivo, según recoge Proceso; Baldomero arrastraba una orden de arresto y extradición por narcotráfico desde 2017. De igual modo ha sido entregado David Fernando Vásquez Bejarano, El Acelerado, uno de los cabecillas de Los Rusos, brazo armado de La Mayiza; según el Semanario Zeta, Vásquez Bejarano, capturado en abril de 2023, dirigía el contrabando de droga a EE UU desde Tijuana.
Fuera de los capos vinculados al Cartel de Sinaloa, sobresale el nombre de Abigael González Valencia, El Cuini, mano derecha y cuñado del fundador del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho. También Servando Gómez, La Tuta, que fue líder del otrora poderoso cartel Los Caballeros Templarios, y tres cabecillas de Los Zetas: Juan Carlos Sánchez Gaytán, El Mostachón; Daniel Pérez Rojas, El Cachetes, y José Francisco Mendoza Gómez. También hay personajes que no representan gran peso en el panorama del narco mexicano, pero que para Washington tienen un valor político importante, como Roberto Salazar Toledo, acusado del asesinato de un ayudante del alguacil de Los Ángeles en 2008.