La Secretaría de Salud Pública de la Ciudad de México informó que las víctimas mortales por la explosión de una pipa de gas el 10 de septiembre en el Puente de la Concordia, Iztapalapa, ascendieron a 29 personas. 16 siguen hospitalizadas y 39 ya fueron dadas de alta.
La jefa de gobierno capitalina, Clara Brugada Molina, aseguró que su administración mantiene acompañamiento permanente a las familias afectadas, con apoyo solidario y asesoría jurídica. También sigue pendiente el avance de las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX.
Entre los fallecidos se cuentan Fernando Soto Munguía, chofer de la pipa, de 34 años; y Alicia Matías Teodoro, de 49, quien murió el 12 de septiembre tras quemaduras en más del 90% de su cuerpo al proteger a su nieta Jazlyn Azulet, de 2 años. Jazlyn permanece en estado crítico pero estable, atendida en un hospital de Texas gracias a gestiones de la Fundación Michou y Mau.
El dictamen de la fiscalía capitalina revela que el chofer había protagonizado dos accidentes previos, y que en este tercer incidente perdió el control mientras circulaba a exceso de velocidad, rebasando los 40 km/h.
La explosión se originó cuando la pipa, que transportaba más de 49,000 litros de gas LP, volcó sobre la Calzada Ignacio Zaragoza, provocando una fuga e incendio. La onda expansiva alcanzó 30 metros, alcanzó vehículos, peatones y comercios; se consumieron más de 30 autos y hubo daño en infraestructura vial.
Según la fiscal Bertha Alcalde Luján, la pipa venía de Tuxpan, Veracruz, con destino a gasera en Tláhuac, perdió control en una curva y chocó contra muros de contención; la fractura del contenedor fue por impacto con objeto rígido. Se continúa con las periciales para determinar responsabilidad exacta.
Por su parte, Transportadora Silza, propietaria de la pipa, aseguró que aportará recursos adicionales a sus pólizas de seguro vigentes para garantizar la reparación integral del daño, y reiteró disposición para colaborar con las autoridades.