El sistema de videovigilancia de la Ciudad de México, conocido como C-5, se deslindó de cualquier responsabilidad en el presunto uso de sus cámaras por parte de un hacker vinculado al Cártel de Sinaloa para seguir a un agente del FBI.
En un comunicado oficial, el C-5 señaló que los hechos ocurrieron en 2018, durante la administración de Miguel Ángel Mancera como jefe de Gobierno, y cuando aún gobernaba Enrique Peña Nieto a nivel federal. La dependencia recalcó que en ese periodo se negaba la presencia del crimen organizado en la capital y se maquillaban sistemáticamente las cifras de incidencia delictiva.
El caso fue revelado por una auditoría del Inspector General del Departamento de Justicia de Estados Unidos, correspondiente al gobierno de Donald Trump. El informe sostiene que un hacker habría obtenido datos del teléfono celular de un agregado del FBI en la Embajada estadounidense en México, incluidos registros de llamadas y geolocalización. También se afirma que el hacker utilizó cámaras de videovigilancia en Ciudad de México para seguir al funcionario e identificar con quién se reunía, información que luego habría sido entregada al Cártel de Sinaloa.
El comunicado del C-5, encabezado por Salvador Guerrero, aclara que la auditoría no especifica si las cámaras usadas fueron públicas o privadas, ni proporciona datos técnicos sobre cómo ocurrió la supuesta vigilancia. A pesar de ello, la dependencia destacó que desde diciembre de 2018, con la llegada de Claudia Sheinbaum al gobierno capitalino, se ha fortalecido el sistema tecnológico de videovigilancia.
Hasta ahora, ni Miguel Ángel Mancera ni su sucesor interino, José Ramón Amieva, han respondido a los señalamientos.