Publicado originalmente por Micaela Varela en El País, compartimos este reportaje por su relevancia e interés periodístico:
Al menos 11 de los jóvenes que eran originarios de Amozoc y habían respondido a un anuncio de trabajo ya han sido liberados.
A seis meses del descubrimiento del rancho Izaguirre en Teuchitlán, donde el Cartel Jalisco Nueva Generación entrenaba a la fuerza a sus reclutas, la pesadilla ha extendido su sombra a otros casos de secuestro. La desaparición a mediados de agosto de un grupo de 12 jóvenes de Amozoc, en Puebla, ha recordado los métodos del crimen organizado, que localiza a sus víctimas a través de falsos anuncios de trabajo para obligarles a unirse a sus filas. Esta vez, la Fiscalía General de la República y del Estado han actuado con rapidez y al menos 11 de los muchachos han sido liberados, según confirmó este lunes Idamis Pastor Betancourt, fiscal general de Puebla.
Los jóvenes, 11 hombres y una mujer, eran todos originarios de un pequeño municipio a 18 kilómetros de la ciudad de Puebla. Desaparecieron entre el 10 y el 11 de agosto, según sus familiares, quienes aseguraron a los medios locales que habían salido de casa para acudir a una oferta de trabajo que encontraron en redes sociales en la que se les requerían acudir uniformados con camisetas blancas y pantalones negros. Cuando no regresaron, y con el recuerdo fresco de las montañas de zapatos que aparecieron en Teuchitlánde desaparecidos que también respondieron a una oferta laboral, las familias temieron lo peor y presentaron una denuncia ante la Fiscalía.
Ante la tensión de que se repitiera el horror del rancho Izaguirre, las autoridades desplegaron un operativo a gran escala para encontrar a los poblanos. La fiscal del Estado ha detallado en rueda de prensa que se conformó una mesa de seguridad interinstitucional. En la operación participaron el gobernador de Puebla, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, la Secretaría de Seguridad Ciudadana Estatal, la Secretaría de Defensa, la Marina y la Guardia Nacional. Las fuerzas de seguridad se movilizaron por tierra y aire con el objetivo de cubrir todo el municipio de Amozoc. También realizaron cateos y detuvieron a 11 personas relacionadas con actividades de narcomenudeo.
La fiscal de Pueblo asegura que gracias a la presión por la presencia de los agentes, 10 de los jóvenes fueron liberados y han regresado a sus casas. No se han dado detalles sobre el paradero de los otros dos desaparecidos. La fiscal ha indicado que los liberados regresaron con las cabezas rapadas y que, mientras estuvieron cautivos, fueron sometidos a entrenamiento para realizar “actividades delictivas” tras ser reclutados a la fuerza. “Quiero decirles a los jóvenes que no se dejen engañar por falsas ofertas de trabajo, porque son mentira. Están buscando reclutarlos a través de engaños”, ha sentenciado.
Ese mismo mecanismo fue el que se utilizó para atraer a jóvenes a las filas del Cartel Jalisco Nueva Generación en Teuchitlán. El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, detalló en su momento cómo identificaron 39 páginas web que se usaban para reclutar a personas a través de anuncios de trabajo con sueldos atractivos que resultaban ser un anzuelo. En el rancho Izaguirre, cuando los aspirantes llegaban engañados, eran sometidos a torturas y entrenamientos forzados para nutrir las filas del crimen organizado. Si se negaban o intentaban escapar, les asesinaban. Por su participación en ese campo de entrenamiento y exterminio, donde se hallaron huesos y ropa de desaparecidos, ha sido detenido el alcalde de Teuchitlán, José Ascensión Murguía, señalado de recibir dinero del cartel y ayudar en el reclutamiento. Otros 10 hombres han sido sentenciados por su participación en las operaciones. El horror de ese caso ha dejado su marca ante el miedo de que haya más casos y de que otros grupos criminales en otros Estados reproduzcan esos métodos para engordar sus filas.