Durante su conferencia matutina del 8 de agosto, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó críticas contundentes contra exconsejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) y del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), a quienes acusó de validar irregularidades en procesos electorales pasados, mientras se oponen a la reforma electoral impulsada por su gobierno.
Sheinbaum sostuvo que la propuesta de reforma busca reducir costos, corregir distorsiones en la representación proporcional y garantizar mayor transparencia, incluyendo la participación de expertos, oposición y la ciudadanía a través de foros públicos y encuestas.
La mandataria cuestionó directamente a figuras como Luis Carlos Ugalde y Lorenzo Córdova, recordando hechos que evidencian, a su juicio, “hipocresía” en sus posturas actuales.
“Ellos tienen derecho a hablar y a dar su opinión, pero también nosotros somos libres de hablar de su historia”, afirmó, recomendando a la ciudadanía, especialmente a los jóvenes, ver el documental Fraude: México 2006 para entender el contexto del proceso electoral de ese año y el papel de las autoridades electorales.
La presidenta preguntó por qué los exconsejeros validaron el resultado de la elección de 2006, sin ordenar la apertura de todas las casillas, pese a evidencias de irregularidades y protestas masivas. Recordó que sólo se recontó el 8% de las casillas y estimó que hubo un robo de aproximadamente 2 millones de votos a Andrés Manuel López Obrador, quien perdió por un margen de 0.56%.
También criticó la validación de la elección de 2012 que ganó Enrique Peña Nieto, pese a denuncias de compra masiva de votos mediante tarjetas Monex y Soriana. Señaló que entonces ni el IFE ni el Tribunal Electoral actuaron contra estas prácticas.
Sheinbaum cuestionó la exclusión de candidatos de Morena, como Félix Salgado y Raúl Morón, por supuestas irregularidades en reportes de gastos de precampaña, y criticó la supuesta parcialidad del INE bajo Lorenzo Córdova, a quien también acusó de emitir comentarios clasistas y racistas durante su gestión.
La mandataria sentenció que “ya no es tiempo de la democracia como ellos la pensaban” y destacó que la reforma tomará en cuenta la voz del pueblo, no sólo de “expertos” o exfuncionarios.
