La senadora Andrea Chávez y el diputado federal Arturo Ávila Anaya, voceros de las bancadas de Morena en el Senado y la Cámara de Diputados, acudieron este martes a Palacio Nacional para sostener una reunión privada que, pese a su discreción, no fue de cortesía.
Ambos legisladores evitaron informar con quién se reunieron y aseguraron que no se abordó el caso de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco, relacionado con presuntos nexos criminales durante el gobierno de Adán Augusto López.
Sin embargo, según fuentes extraoficiales confirmaron que el encuentro fue un llamado de atención por el excesivo protagonismo político de ambos legisladores, quienes han sido señalados por anteponer intereses de grupo sobre la unidad de Morena.
En el entorno presidencial preocupa el impacto negativo que esta actitud podría tener en la imagen del partido.
El mensaje desde Palacio es contundente: la disciplina política y el control del mensaje interno serán claves para evitar fisuras en el movimiento.