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miércoles, marzo 19, 2025

Teuchitlán: Exterminio, terror y desgobierno

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México ha normalizado el horror, la tragedia, el terror que ha impuesto el narcotráfico, sin que ninguno de los tres órdenes de gobierno haya puesto un alto a estos criminales que cada vez siembran más y más desgracias en las familias mexicanas.

Son los colectivos de madres buscadoras de personas desaparecidas quienes intentan desesperadamente por todos sus medios posibles ir a todas partes donde haya un indicio, una prueba, un resquicio que les permita saber dónde se encuentran sus familiares, el gobierno federal trata de descalificarlas, las declara enemigas del régimen y las denosta, llegan hasta la ignominia de poner en duda lo indudable, pero es una batalla que el régimen tiene perdida pues la empatía social está del lado de las madres que buscan a sus hijos, esposos, padres, familiares cercanos, a veces uno, a veces varios, nadie con la mente sana puede descalificar el esfuerzo, la motivación y el trabajo de los colectivos de búsqueda.

El Gobierno de México prefiere descalificar a los colectivos de buscadoras en lugar de reconocer que hay 54 mil cuerpos  en las diferentes morgues sin identificar, 120 mil desaparecidos y miles de restos humanos en proceso de pruebas de ADN, sin realizar.

Bajo este lúgubre panorama, se ha dado a conocer, gracias a la búsqueda intensa e ininterrumpida que realizan los colectivos de madres buscadoras, en estos días la existencia de un “campo de exterminio” en el Rancho Izaguirre, del municipio de Teuchitlán, Jalisco. Dicha noticia causó un gran revuelo nacional e internacionalmente por lo que se encontró ahí. Sin duda, esta acción macabra del funcionamiento de los “campos de exterminio”, donde se encuentran los secuestrados, los entrenan para ser sicarios y si no aceptan los matan y “los desaparecen”  por medio de la disolución en sosa cáustica para que sea más difícil su identificación, luego ahí mismo los entierran en fosas clandestinas, no son nuevos en México.

Cabe mencionar que, según Héctor Aguilar Camín, la Guardia Nacional sabía de la existencia de 63 “campamentos clandestinos” con restos humanos en el 2021, entre ellos se encontraba Teuchitlán. Lo sucedió en días recientes en el Rancho Izaguirre del municipio de Teuchitlán en el estado de Jalisco ha encendido todas las alarmas posibles en la sociedad y, pese a la reticencia que ha mostrado el gobierno federal ante los trabajos intensos e inagotables que realizan los Colectivos de Madres Buscadoras por encontrar a sus familiares, ha decidido, Claudia Sheinbaum, desmarcarse de la actitud criminal que asumió el anterior gobierno, pues se dedicó todo el tiempo a descalificar y estigmatizar a los Colectivos de Madres Buscadoras por evidenciar permanentemente el desdén de la administración de López Obrador por las personas desaparecidas y su nulo interés por diseñar una política de Estado que pudiese frenar esta crisis humanitaria en la que se ha convertido la desaparición de miles y miles de mexicanas y mexicanos por la nula e ineficiente actitud del Estado mexicano.

Gracias al trabajo del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, que no contó con el apoyo de ninguna autoridad en su búsqueda ni en el hallazgo, se pudo dar a conocer a la opinión pública nacional e internacional la tragedia, el horror, el terror que ahí se había vivido, sin que nadie hiciera nada por parte de las autoridades. Hoy día, Enrique Alfaro descansa plácidamente en Europa, López Obrador se encuentra en su rancho de Palenque gozando y disfrutando, usando aeronaves oficiales y viviendo como emperador pueblerino; mientras las madres buscadoras viven un momento de dolor, de pena, de impotencia por tener la posibilidad de hallar, aunque sea mediante los restos óseos, a sus familiares que se encuentran desparecidos.

Mientras se investiga a fondo lo sucedido en Teuchitlán, lo sucedido ahí nos obliga a pensar que hay otras regiones de la nación donde la vida no es posible porque los grupos delincuenciales se han convertido en los dueños de los destinos. Y aunque se manipulen las cifras la crisis humanitaria que se vive respecto a las desapariciones continúa y se profundiza día con día. ¡¡¡Es tiempo de ponerle un alto!!!

 

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