La administración de la doctora Claudia Sheinbaum en México ha iniciado con grandes expectativas, sobre todo en cuanto a la igualdad de género. En un país donde millones de mujeres enfrentan violencia, discriminación, acoso y desapariciones diariamente, el papel del gobierno es crucial para impulsar cambios reales.
Uno de los principales retos es no repetir los errores del pasado, como la falta de empatía del gobierno anterior hacia las madres buscadoras de desaparecidos, un colectivo en el que predominan mujeres jóvenes. Aunque en su primer discurso como presidenta, Sheinbaum no mencionó a este grupo, ha propuesto reformas que buscan reivindicar el papel de las mujeres en la sociedad mexicana.
Entre las iniciativas enviadas al Senado de la República, destaca la promoción de la igualdad sustantiva, un concepto que va más allá de la igualdad
formal, y busca garantizar no solo oportunidades,
sino resultados equitativos. Este enfoque requiere cambios profundos en las instituciones sociales
y económicas del país, desde los hogares hasta los
mercados laborales y las estructuras políticas.
Las reformas propuestas incluyen la modificación
de seis artículos constitucionales y siete leyes, enfocándose en garantizar el derecho a la igualdad sustantiva, la igualdad salarial y la paridad de género
en la administración pública. También se busca
fortalecer las medidas de protección contra la violencia de género, especialmente en el ámbito digital, con la Ley Olimpia, que sanciona la difusión de
contenido íntimo sin consentimiento, y la ley que
establece que el agresor debe abandonar el hogar
en casos de violencia doméstica.
La violencia contra las mujeres sigue siendo un
problema grave en México, con un promedio de 10
feminicidios diarios. Las propuestas de Sheinbaum
intentan abordar este fenómeno, incluyendo la violencia vicaria, un tipo de agresión en la que el victimario utiliza a los hijos o seres queridos para causar
daño emocional a una mujer. Este tipo de violencia,
aunque aún no está tipificada en todo el país, es una
preocupación creciente.
Sin embargo, a pesar de estas iniciativas, el gobierno de Sheinbaum enfrenta críticas. Durante su mandato como jefa de Gobierno de la Ciudad de
México, fue señalada por no establecer un diálogo
efectivo con los colectivos feministas y, en algunos
casos, por reprimir manifestaciones. Para que las
reformas tengan un impacto real, será necesario
que su administración mantenga un diálogo abierto
e inclusivo con todas las voces feministas del país,
reconociendo la diversidad dentro del movimiento.
El éxito de estas reformas dependerá de su correcta implementación y del compromiso del gobierno con los derechos de las mujeres. La igualdad
sustantiva no se logrará únicamente con cambios
legislativos; será necesario un cambio cultural
profundo para erradicar las actitudes machistas y
misóginas que persisten en muchos sectores de la
sociedad mexicana.
En conclusión, el reto de reivindicar a la mujer
en México es monumental, pero no imposible. Las
reformas propuestas por el gobierno de Sheinbaum
representan un avance importante en la lucha por
los derechos de las mujeres, pero para que sean
efectivas, se requerirá voluntad política, colaboración con la sociedad civil y una transformación real en las estructuras sociales del país. Solo así se podrá
construir una sociedad donde las mujeres puedan
vivir en igualdad, sin temor a la violencia o la discriminación.
¡La presidenta tiene la ultima palabra, las mujeres siempre la expectativa!