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miércoles, septiembre 17, 2025

Prioridades y rezagos en el programa económico 2026

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El programa económico 2026 es el primero elaborado en su totalidad por Claudia Sheinbaum, sin la injerencia de López Obrador. Ello permite identificar con claridad cuáles son sus prioridades y qué rubros seguirán rezagados. El Presupuesto de Egresos confirma que los programas sociales continúan como la columna vertebral de la llamada Cuarta Transformación. La pensión para adultos mayores superará el medio billón de pesos, con un incremento de 8.91% respecto a este año. En conjunto, los programas sociales absorberán casi el 10% del gasto público y crecerán 14% en términos reales, beneficiando a ocho de cada diez familias. El gobierno apuesta a consolidar su base clientelar de cara a elecciones estatales, intermedias de 2027 y la presidencial de 2030.

La política social de Morena descansa en el asistencialismo y el clientelismo electoral. Estas transferencias no modifican de raíz las condiciones de pobreza, pero sí aseguran al oficialismo un voto duro. Lo indigno es que se presente como un programa de “bienestar” cuando en realidad posterga el desarrollo estructural. Fuera de ese rubro, otro eje es el energético. El gobierno busca coinversión privada para ampliar la generación eléctrica y garantizar recursos para PEMEX, con la promesa de estabilidad financiera. No obstante, la clave será dar certeza jurídica a las inversiones, algo que hasta ahora sigue pendiente.

En contraste, la seguridad pública sufrirá severos recortes. El presupuesto de la Guardia Nacional disminuirá 34% y el de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, 23%. Se trata de una señal preocupante en un país donde la violencia, las desapariciones y la extorsión persisten como flagelos cotidianos. La decisión refleja una negación del fenómeno y deja a miles de familias sin respuesta ante la crisis de desapariciones. El sector salud recibirá un aumento real de 5.9%, lo que apenas elevará la inversión de 2.5% a 2.6% del PIB. Sigue muy lejos del 6% recomendado por la OMS y por debajo del promedio latinoamericano. El grueso del incremento se irá a gasto corriente, sin resolver carencias estructurales: falta de medicamentos, hospitales sin equipamiento y desigualdad en la distribución de recursos. Tres de cada diez pesos se destinarán a personas sin seguridad social, mientras siete de cada diez irán a quienes sí cuentan con ella. El rezago seguirá intacto.

En educación, el panorama es similar. El presupuesto crecerá apenas 1.78% real, pero en proporción al PIB caerá de 3.3% a 3.19%. La mayor parte se irá a gasto corriente y becas, mientras se recortan fondos a media y superior, cultura y deporte. La reducción al Instituto Nacional de Educación para Adultos confirma el desdén hacia la calidad e inclusión educativa. Una sociedad sin acceso pleno a la educación resulta más vulnerable a la manipulación política, y eso parece funcional al modelo de la 4T.

El balance general es desalentador: más impuestos indirectos, más gasto corriente, déficit creciente y mayor deuda que presionará la inflación. El costo recaerá en consumidores y en la clase media, cada vez más erosionada. En suma, el presupuesto 2026 consolida el asistencialismo, pero mantiene rezagados rubros básicos como seguridad, salud y educación. Sheinbaum prioriza asegurar clientelas antes que transformar de raíz el desarrollo nacional.

Necesitamos un presupuesto que beneficie los aspectos mas importantes de la vida cotidiana de los mexicanos, pero tendremos uno que de mas fortaleza a las clientelas electorales.

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