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jueves, mayo 15, 2025

Lagrimas y muerte deja el huachicol en Puebla

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El gran negocio del robo de petróleo, de gas y de gasolina que se conoce como “petro-piratería”, pero que en México ha sido bautizado como “huachicoleo”, es una actividad ilícita muy rentable y que forma parte de un enorme mercado negro en el mundo. En nuestro país, esta actividad ilegal empezó a tener auge en la década de los noventa, pero en el sexenio de López Obrador este negocio creció de manera significativa. Debemos mencionar que el huachicoleo ha caído en manos del crimen organizado, lo cual presupone que se debe a que encontró en el gobierno federal un aliado para que se apoderara de esta actividad ilícita, causando un enorme daño fiscal a Pemex, lo que se conoce con el nombre de “huachicol fiscal”.

Los datos que se conocen públicamente, merced a las investigaciones de organizaciones serias, nos señalan que, en comparación con el sexenio de Peña Nieto, el huachicol durante el gobierno de López Obrador tuvo un incremento del 117 %, siendo con dicha cifra el aumento más alto que se haya dado en el país, según Pemex. Mientras que con Peña Nieto las tomas clandestinas totales fueron de 28,835, bajo la administración de López Obrador hubo un incremento de más del doble para situarse en 62,441. De tal suerte que las tomas clandestinas de ductos de gasolina fueron de 51,779, mientras que las tomas clandestinas de gas LP fueron de 10,662. En el gobierno de Peña Nieto, se arrojan las siguientes cifras: en ductos de gasolina la friolera fue de 28,374 y en ductos de gas LP la cifra fue de 451. Es decir, de un sexenio a otro, en cuanto a las tomas clandestinas de gas LP, se dio un aumento de 24 veces más.

Según Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad, el robo de hidrocarburos tuvo un máximo histórico durante el 2023 de tomas clandestinas registradas por Petróleos Mexicanos. Así, hasta el tercer trimestre de 2023, según datos de Pemex, se mencionaba que el promedio de volumen robado de combustible fue de 4,700 barriles diarios, lo que equivale a 2,100 millones de pesos en pérdidas.

Cabría preguntarse cómo no hay ningún funcionario o político detenido cuando el 31 de marzo la Marina anunció que se había dado un enorme golpe, anunciándolo como “aseguramiento histórico” de huachicol en Tamaulipas, donde se habían asegurado 20 millones de litros y solamente se reportaron 10 millones de litros: ¿dónde quedaron los otros 10 millones?, ¿cómo fue que desapareció la mitad del volumen decomisado?, ¿quién o quiénes se quedaron con esos 10 millones? Obviamente que en este caso están implicados funcionarios, altos niveles de la FGR, la SSPC, la SEDENA, la Marina o la GN, quienes en un operativo conjunto participaron en dicho aseguramiento. No hay una clara y decidida voluntad política por limpiar la casa, para posteriormente limpiar al país. Es innegable que varios funcionarios de alto nivel están implicados en esta enorme red de contrabando y robo de combustible, de petróleo y de gas a Pemex, sin que la presidenta Sheinbaum ponga orden y realmente desee acabar con el huachicol.

Es menester, si es que se tiene la voluntad política y el claro deseo de erradicar esta práctica ilícita que tanto afecta las arcas no solo de Pemex, sino nacionales, que se implementen, aprovechando el avance y las herramientas tecnológicas, nuevas tecnologías que ya se encuentran en el mercado y que solamente se requeriría adquirirlas. Es indudable que las tecnologías existentes ya en el mercado cuentan con la capacidad para detectar las tomas, lo cual permitiría actuar en consecuencia y empezar a erradicar este gran negocio ilegal, amén del peligro permanente que implican las tomas clandestinas.

Todo indica que la presión de los Estados Unidos logre que el gobierno mexicano actúe con hechos en esta lucha contra el huachicoleo, que tiene como base principal el territorio nacional. Claudia Sheinbaum tiene que dar muestras de querer erradicar este pútrido negocio.

Puebla es un centro neurálgico de las venas petroleras de la nación, tenemos ductos de gasolina, petróleo, combustóleo y las de gas fueron abandonadas en los años ochenta, accidentes que han dejado cientos de muertos, como el de San Martín Texmelucan el 19 de diciembre del 2010, otro acto por el que la delincuencia enlutó a cientos de hogares poblanos. Solo lágrimas y muerte ha dejado el robo de combustibles en la sociedad, dinero, mucho dinero al crimen organizado y uno que otro picaductos que labora en el gobierno: el que hace el hoyo y el que disfraza la cifra, todos pecan y roban por igual.

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