Derivado de la polémica reforma judicial, este cinco de noviembre inició el proceso de inscripción en los comités de evaluación para aquellas personas interesadas en participar en la elección extraordinaria para personas juzgadoras a celebrarse en junio de 2025.
El comité de evaluación del PJF es el único que publica diariamente las listas con los nombres de los posibles aspirantes a dichos cargos, lamentablemente, a casi diez días del inicio de este proceso, solo nueve mujeres han externado su voluntad de participar en la elección.
No obstante que en las convocatorias de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), se hace gran énfasis que en los procesos de selección se respetará en todo momento la paridad de género, ¿qué sucederá si el número de mujeres inscritas no alcanzara para tener una elección realmente paritaria? El sistema de justicia mexicano se volvería un territorio solo de hombres; esto sería realmente lamentable.
Pero, ¿a qué se debe la poca participación de las mujeres en este proceso? Considero que la respuesta sigue siendo las mismas de por qué hay poca presencia de mujeres en posiciones de poder: Las cargas domésticas y de cuidado afectan de forma preponderante a las mujeres en detrimento de sus posibilidades de desarrollarse con igualdad, tiempo, intensidad y diligencia en el ámbito laboral y político.
Aunado a lo anterior, en el campo político las mujeres nos enfrentamos a un escarnio público mucho más riguroso que los hombres, en donde la vida personal, la forma de vestir, de hablar e incluso el color del cabello, son vistos como atributos o desventajas, en lugar de centrar la atención en los méritos académicos y profesionales.
En efecto, no obstante que actualmente una mujer ostenta el cargo político más importante del país como presidenta de México, muchas mujeres seguimos enfrentándonos a diversas desigualdades que nos dificultan acceder a cargos de relevancia en el ámbito político y económico.
Estamos ante un naciente proceso democrático para la elección de personas juzgadoras, rodeado de polémica y descontento social, de ahí que, la participación de más mujeres sea fundamental para lograr la paridad que hoy escasamente se ha logrado en los puestos de elección popular en el Ejecutivo y Legislativo, por eso hago un llamado a todas las colegas abogadas a participar en el proceso de elección, a hacer de este un proceso incluyente y realmente paritario.
De igual forma, exhorto a los comités de evaluación de los tres poderes para que incentiven la participación de mujeres, así como para que trabajen en unidad y coordinación en la elección de los mejores perfiles, para que sean las personas más capacitadas y honestas quienes estén encargadas del sistema judicial en un México sediento de justicia.