“En casa del herrero azadón de palo”, es un clásico dicho popular que como metáfora hace referencia a la situación que se presenta cuando el poseedor de un oficio, profesión o talento no usa esas habilidades en su propio beneficio o, en beneficio de su comunidad.
Así podríamos ejemplificar el resultado de las listas de personas elegibles del Comité de Evaluación del Poder Judicial de la Federación, publicadas el pasado 15 de diciembre en el Diario Oficial de la Federación.
Pues de los 3 mil 814 aspirantes inscritos, solo mil 046 resultaron elegibles y, podría pensarse que ese recorte se debe a que hicieron una elección objetiva de los mejores perfiles, es decir, de los más capacitados y con mayor experiencia como solían evaluar en los concursos de oposición.
Sin embargo, para sorpresa de todos, resulta que, sin el menor sentido común, se priorizó rigurosamente los requisitos de “forma” obviando que muchas de las personas que resultaron no elegibles son titulares, todavía en funciones, de órganos jurisdiccionales, secretarios de Juzgados de Distrito y Tribunales de Circuitos, con varios años de experiencia y formación en la tan defendida carrera judicial; dejando como elegibles (sin denostar el mérito de nadie), a personas con poca o nula experiencia en el ámbito jurisdiccional y, si bien, el espíritu de este ejercicio democrático, es incluir una diversidad de perfiles para la nueva integración del PJF, lo cierto es que, el Comité de Evaluación de este poder, parece que despreció a la gente de su propia casa.
En efecto, la mayoría de las personas no elegibles, son miembros del Poder Judicial de la Federación, que, según el dictamen respectivo, no cumplieron con los inexorables requisitos contenidos en la convocatoria, sin tomar en consideración, por ejemplo, que la protesta de decir verdad, que se cuenta con los requisitos establecidos en la Constitución, no es una exigencia que la propia Constitución establezca y, que además resulta más que obvio.
El Comité de Evaluación del Poder Legislativo ha sido criticado por no publicar las listas de personas elegibles en el plazo previsto, sin embargo, tuvieron el criterio de revisar los documentos de cada solicitante (que supera por mucho en número a los de PJF) y requerir a quienes les faltara algún requisito, incluso a las personas que hicieron su registro por correo electrónico debido a las fallas en su sistema.
Por otro lado, el Comité de Evaluación del Ejecutivo, al parecer depuró con más criterio y objetividad teniendo entre sus elegibles a varios miembros del PJF, que fueron descalificados en su propia institución, puesto que como lo mencionó recientemente la presidenta Sheinbaum en su conferencia mañanera, es posible participar en la elección postulándose por los tres poderes de la Unión.
Finalmente, pero no menos importante, haciendo un simple cálculo mental del número de elegibles del PJF, se puede inferir que no alcanzaran las dos candidaturas que se requieren para cada puesto, tampoco es posible garantizar la paridad de género ya que solo en Puebla (Sexto Circuito), están vacantes 3 Juzgados de Distrito en materia mixta exclusivos para mujeres, es decir, debe haber 6 candidatas, sin embargo, solo resultaron elegibles 4.
Aunado a lo anterior, falta el filtro de idoneidad y el examen de conocimientos, que reducirá más el número de posibles candidatos. Quedan muchas dudas del actuar del Comité de Evaluación del PJF, pero se hace patente un ánimo oscuro de lapidar desde dentro la institución que tanto defendieron.