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jueves, mayo 15, 2025

Trama primera: Los consuegros. Capítulo 5. ¡No chille, joto!

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Nota del autor

Los personajes que cruzan esta novela, incluso aquéllos que parecen reales, son absolutamente imaginarios

Trama primera: Los consuegros

Capítulo 5. ¡No chille, joto!

Para la primera paga por la obra del ramal, Pepe Iberdrola fue convocado a la Tesorería de la Presidencia. Una vez ante el director de Obras y la tesorera, Matías le dijo cómo iba a ser el procedimiento.

Ahí se enteró que de los cuatro millones que le iban a depositar en la cuenta de una de sus dos empresas, el cincuenta por ciento tendría que transferirlo en ese momento —ante los seis ojos que lo miraban— a una cuenta del Banco Santander.

—¡No me chingues, amigo, quedamos que sería el veinte!

—La ley de la Milpa, compañero. Mil pa’ti, mil pa’mí. ¡No chille, joto!

El arquitecto se acomodó el bigote, se tocó el vientre hinchado, se secó el sudor y apeló a la buena voluntad de su consuegro, pero éste no cedió en ningún momento.

Una vez consumados los hechos, el arquitecto Iberdrola dijo que esa acción le pegaba a las finanzas personales de su propia hija, pues Manolo, su yerno, recibiría una minucia de ese pago.

—Por mí, tú y Manolito se pueden ir mucho a la chingada, pinche Pepe —le susurró tomándolo del cuello. ¿Crees que soy tan pendejo que no sé lo de la putita esa a la que se anda cogiendo tu hijo? ¿Tengo cara de pendejo o sólo es mi imaginación, papá?

Y le hizo ver que sabía todo. Y en esa expresión cabían los motes burlones que él y su esposa le habían puesto a Lupita, y las conversaciones a sus espaldas sobre su forma de hablar y de vestir.

—¿Te parecemos tan poca cosa, pendejete? —le dijo abiertamente, abandonando toda discreción.

El arquitecto negó todo desde el primer momento, y argumentó, lleno de nervios, que eran chismes de gente envidiosa y mal intencionada.

Fue inútil. Matías estaba fuera de sí. Los ojos saltados brillaban de rencor. Una vez más tomó al arquitecto del cogote y le dijo con la voz más baja del mundo:

—¡Vete mucho a chingar a tu madre! ¡Y llévate tu puta maquinaria porque ya tienes sustituto! ¡A éste sí, para que veas, sólo le voy a cobrar un democrático moche del veinte por ciento, papá!

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