Nota del autor
Los personajes que cruzan esta novela, incluso aquéllos que parecen reales, son absolutamente imaginarios
Trama octava: Antes de que el diablo sepa que has muerto
Capítulo 37. Extraordinary life
Bobó regresó a las fiestas de los niños ricos de Puebla y, gracias a su carácter, se fue ganando amigos, cómplices y, de repente, alguna novia adinerada. Simulaba ser influyente, rico, amigo de gente importante en los ámbitos de la política, la música, el deporte y la iniciativa privada. Y lo que empezó como una mentira del tamaño de su cinismo, se convirtió en realidad cuando conoció a ‘Picha’, hermano del cantante Luis Miguel. ‘Picha’ fue su ancla, su trampolín, la espalda que necesitaba para subir al segundo piso de su extraordinaria vida.
Por esos tiempos, Bobó conoció a una chica llamada Pimpinela de Ovando: delgada, hermosa, con clase, aunque su familia no era de las privilegiadas en Puebla. Ambos acudieron con ‘Picha’ a una fiesta con Luis Miguel en Las Lomas de Chapultepec. Ahí estaban los hijos del presidente Zedillo, los hijos del expresidente Salinas, los hijos de Carlos Slim, y el nieto del expresidente Miguel Alemán Valdés: Miguel Alemán Magnani, mejor amigo de Luis Miguel y dueño de la residencia.
Bobó, de la mano de Pimpinela, se fue presentando con todos como un joven empresario poblano con intereses en la política. Les simpatizó de inmediato porque les pareció chistoso. Pimpinela, en cambio, fue asediada sexualmente por los ‘Lagartijos’ que poblaban esos ambientes. Ella no lo sabía todavía, pero con los años se casaría con Andrés Roemer.
Luis Miguel le dijo a Bobó que cuidara a ‘Picha’, quien iba y venía de sus residencias. Cuando lo exasperaba, el cantante lo corría, aunque siempre investigaba sus pasos. ‘Picha’ decidió irse a vivir a Puebla al lado de Bobó, quien lo adoptó de inmediato. Ambos recorrieron restaurantes, fiestas de la burguesía poblana y los antros más exclusivos con personajes deslumbrados con la leyenda de ‘Picha’: “Es el hermano de Luismi”, murmuraban los ‘Lagartijos’.
Si ‘Picha’ se volvió la llave maestra para ingresar a los ámbitos de poder, Bobó pasó a ser el cerrajero. Y Pimpinela… Pimpinela se volvió el otro imán. A todos lados los invitaban, y los contratos operados por Bobó para luminarias y carreteras, y todo lo que se ofreciera, llovían generosamente.
(Continuará).