¿Se han dado cuenta de las manos de quienes se dedican a la cocina? Ya sea en el mercado, con las señoras de las memelas, en la cocina con grandes chefs, eton fin, todos poseen esas manos mágicas con las que hacen magia al crear platillos.
Pero en realidad yo siempre tengo presente las manos de mi madre, incluso recuerdo el olor de ellas, a veces olían a cebolla, y me encantaba ese olor y otras tantas a miel, pero siempre, siempre las pegaba en mi carita y yo era la más feliz.
Mi madre se cuida mucho sus manos, todo el tiempo las mima con manicure en el salón o que ella misma hace; pero las cuida, las protege porque sabe que son sagradas y elementales para cualquier tarea de la vida diaria, sobre todo para cocinar.
Ahora mismo también se me vienen a la mente, las manos tan talentosas en la cocina del buen Silver, papá de mi mejor amiga y quien crea arte con alimentos del mar principalmente, pero también los tacos, las tostadas de pata y muchos más platillos mexicanos y extranjeros son increíbles cuando sus manos los hacen.
Las manos pueden tener olores, pueden tener texturas y también cicatrices, pero ahí mismo radica la belleza de todo, pues sin tantas marcas que expresan experiencia las manos quedarían lisas y blandas, sin historias que contar.
Y conforme pasa el tiempo las manos van envejeciendo; lo vi en las manos de mis abuelas y también las veo en las manos de todas esas mujeres que siguen cocinando en el pueblo de mis padres, ahora esas manos tienen también manchas y el tiempo ha cobrado vida, pero lo que sí es seguro es que siempre se da a manos llenas, porque así es la gente que cocina en México: da a manos llenas en todos los sentidos, como cuando vas a una fiesta, sacan el mole, el arroz y el alcohol sin ninguna medida, lo ofrecen a toda la gente como si más de 200 personas fueran de su familia.
Algo parecido pasa también en Oaxaca, con las últimas fiestas me di cuenta que todo es un pachangón, es mezcal por doquier, comida, moles de todos sabores y música, mucha música, porque se han preguntado, ¿qué sería de la comida sin una buena playlist? Tal vez te hace reflexionar, pero si comes con las personas adecuadas y además escuchas la música en sintonía todo se vuelve una experiencia memorable que traspasara los años y sobre todo se quedará inerte en la memoria de todos quienes sean parte de tal travesía.
Ahora que hemos hablado de esto, no estaría de más ver las manos de quienes nos cocinan en la vida diaria, quien hace nuestro jugo para ir al trabajo, quien lleva las tortas de tamal en su canasto e incluso aquellas manos que hacen tu café recién hecho. Todos ellos hacen magia con las manos y muchas veces lo dejamos pasar, ¿por qué? Porque nadie ve más allá de lo que queremos comer, beber o entender de la vida.