Siempre se distinguió, como jugador y como técnico, como un profesional con pocas virtudes y mucho esfuerzo. Es muy válida la fórmula para destacar. En otras proporciones y escenarios, soy muy parecido en sus formas, razón para entenderlo. Más de una ocasión, por amigos en común, hemos departido, siendo las mejores en Miami con la compañía de José José, que en paz descanse. Persona sensata y sabedora de sus virtudes y defectos, siempre se hizo acompañar de un cuerpo técnico que complementaba sus faltantes. Para mí, su mejor acompañante fueron el Sr. Carrillo y el Sr. Ambriz, siendo sus características muy buenos en trabajo de cancha; la otra parte, la de convencer, la de ser empático, la de ponerse en los zapatos del jugador, muy pocos como el Sr. Aguirre. Aquí entra la frase del que solo conoce de futbol, no conoce nada.
La gran contrariedad a toda esta explicación sucedió el pasado sábado en la noche. A sabiendas de los pocos partidos que tendrá de cara a la Copa del
Mundo, yo esperaba un bosquejo más definido en
su once inicial, como mayor cantidad de jugadores
estructurales y sin tantas improvisaciones. Con el
Sr. Aguirre sin cara de calculador o conocedor y sí
con un técnico que no para de impulsar a su equipo,
tarea que hace de mil formas, pero que el jugador se
ve y siente apoyado. Quizá lo único apegado a sus
últimos trabajos, fue jugar con dos puntas de características diferentes, totalmente complementarios.
Eso fue lo más Aguirre que se vio, o lo único. Un
portero a prueba, un central y dos laterales a observar y dos medios por fuera también a prueba. Todo esto aderezado sin la salsa que pone Aguirre; no les
dio las suficientes armas para lucir en su idea, basada en disputar todas las pelotas, no ser propietario de la pelota y siempre, predominando el esfuerzo
antes del talento.
Para mi no empató un juego, perdió un tiempo
muy valioso de adelantar la tarea: se le fueron 90
minutos en sacarle punta al lápiz sin contestar ninguna de las preguntas. El tiene la característica que es muy fácil distinguir sus equipos y el del sábado
no era su equipo.
Lo del próximo martes, visto lo visto, lo tiene más sencillo: jugar exactamente diferente a lo del Valencia y aproximarse lo más posible a lo que hizo vs Canadá. De esta forma y esperando que las cualidades de sus futbolistas afloren, se podrá ver como México competirá en el Mundial.
Solo hay que recordar cuáles son las características del futbolista mexicano, pocas pero efectivas de cara al pensamiento de su técnico: son disciplinados en la cancha, son dinámicos en su esfuerzo y son pícaros en sus duelos individuales. Esto encaja al pensamiento de Aguirre, no ser un equipo espectacular, pero con esto, ya vi hace 20 años, a Grecia ser campeona de una Eurocopa y muy válido su triunfo.
Al final del juego y no dar explicaciones, entiendo
su pensamiento: yo tuve la culpa porque me salí de
mi papel, por engreído o por hacer caso al que no
tiene que hacerle.
El tiene una idea, digamos que es de color azul
y su cuerpo técnico tiene la tarea de hacer que ese
azul no se descolore y que cada vez sea más azul.
Así de fácil. Cualquier otra sugerencia no viene al
caso. Esta tiene que ser la forma de llegar a buen
puerto. A sus 66 años no puede inventar a ser táctico. El esfuerzo permanente le dio su característica
como líder. Técnico de overol y no de frac.