En la Selección Mexicana el tiempo es relativo; para este ciclo mundialista se desperdiciaron 18 meses con Diego Cocca y Jaime Lozano. Lo que no se hizo en tres años y medio se quiere hacer a las prisas en menos de dos para tener una actuación histórica en 2026.
Nadie como Mikel Arriola para maquillar con números varias de las problemáticas en nuestro futbol. Hace unos días comentó que México tendrá 70 % más tiempo de preparación que las demás selecciones antes del Mundial.
La Liguilla del Clausura 2026 no tendrá Play-In y se jugará sin los futbolistas que Javier Aguirre incluya en su convocatoria. Serán seis semanas de concentración antes del debut en el Azteca el 11 de junio.
Todo muy bien hasta que te das cuenta de que en el equipo titular, cinco de los 11 juegan en Europa (Johan Vázquez, César Montes, Edson Álvarez, Luis Chávez y Raúl Jiménez). Esto quiere decir que reportarán hasta concluida sus temporadas a finales de mayo.
Si a cualquier entrenador su federación le ofrece 40 días previos para trabajar, los acepta sin pensarlo. También hay que decir que si el proyecto lleva años consolidado como en España, Argentina o Francia, tampoco se van a tirar de los pelos sin tanto tiempo de preparación.
El “Tri”, como le dicen, es como cuando un chamaco de secundaria se pasa todo el año de relajo y, para no reprobar, se pone a estudiar mañana, tarde y noche un día antes del examen final.
Mientras el objetivo siga siendo el qué (avanzar a cuartos de final de un Mundial) y no el cómo (tener un proyecto y bases sólidas), el futbol mexicano seguirá siendo un puberto incapaz de llegar a la adultez.
Grecia ganó la Eurocopa en 2004 y luego no pasó nada; Turquía y Corea del Sur fueron semifinalistas del Mundial 2002 y después no volvieron a trascender. Flores que no hicieron primavera y que, con el paso de los años, son más recordadas como casualidades que como realidades atemporales.
Faltan 300 días para el Mundial y, como es costumbre, México se aferra al clavo ardiendo del cortoplacismo. Con el árbol del éxito efímero, tapa el bosque de la mediocridad y malas decisiones.